Cámara de Comercio de Boulogne: "Las modificaciones en el COU proponen un crecimiento inteligente y sustentable"

El presidente de la Cámara de Industrias, Comercio y Profesionales de la localidad, Pablo Cerioli, se refirió a las actualización del Código Urbano que plantea el Municipio y afirmó que "beneficiará a todo el tejido social".

Pablo Cerioli, presidente de la Cámara de Industrias, Comercio y Profesionales de Boulogne, dialogó con QUE PASA y analizó las modificaciones que están planteadas desde la gestión del intendente de San Isidro, Ramón Lanús, al Código de Ordenamiento Urbano y que tendrán impacto en la localidad. "Es un cambio que va a beneficiar al tejido social. Hablamos de un crecimiento inteligente y sustentable", definió.

Cerioli recordó que "cuando se inauguró el túnel de Boulogne, fue el último cambio del Código (Urbano) en la localidad y prácticamente no podíamos construir. Se hablaba de una manzana, de avenida Rolón entre Yerbal y Olazábal, y esas unidades eran con cocheras obligatorias, que no podían ser ni en 45 grados ni subterráneas". "Era una irrealidad que traía aparejada marginalidad, despoblación, mini ranchos en cualquier lote. Era una cosa muy desprolija", cuestionó.

Además, manifestó que "es muy raro pensar en cualquier país del mundo que en una ciudad que se desarrolló, como Boulogne, en relación a la estación, las manzanas lindantes no tengan población. Algo está fallando".

"El actual código mantiene las zonas, las cuadrículas, y el cambio es: la misma altura, edificios de hasta tres pisos y en el caso que haya comercios abajo se permitiría construir en una etapa inicial del proyecto, sobre los lotes que tengan locales, unidades funcionales sin cochera. Son incentivos y menores exigencias a lo nuevo. No hay edificios de 60 pisos, no hay saturación de servicios. Hablamos que es sobre la avenida Rolón y la parte aledaña a la estación",

En relación a la injerencia que pueden tener esas modificaciones, Cerioli afirmó: "Es beneficio - beneficio. En relación a las industrias, no las afecta. No hay grandes industrias. La zona que era industrial fue dejando de serlo por una cuestión de que nos hayan asignado ser un partido dormitorio y no están".

"Al comercio lo benefician los cambios. Porque si vos tenés construcción en un lote donde está deshabitado, que estamos viendo que no se ocupe para no tener problemas de seguridad en la zona, va a haber un edificio de tres pisos con un par de locales abajo, no le encuentro punto de preocupación", agregó el titular de la Cámara de Comercio.

"Al vecino común, no le afecta en cuestión de urbanismo, porque no va a tener ni sombra, ni falta de servicios. El pequeño sector donde se va a permitir es donde la gente está esperando un cambio, tener una posibilidad de tener su cuadra mejor. Por lo general, la gente más vieja de Boulogne vive en el centro comercial y vivieron un Boulogne próspero de décadas anteriores. Tienen en su corazón, con una identidad fuertísima zonal, la esperanza de que eso pase: que ahora donde hay industria va a haber unidades habitacionales", indicó.

Además, definió que "el mayor empleador en San Isidro es el comercio". "Boulogne era una zona con un comercio fuerte, que no lo es más, y está rodeado de zonas marginales que antes no existían. Esas zonas se beneficiarían también con un desarrollo: podrían tener trabajo y más posibilidades. Hablo de dos lugares en concreto: la zona de los monoblocks de Yerbal y la zona del Bajo Boulogne. Es un cambio que va a beneficiar al tejido social. Hablamos de un crecimiento inteligente y sustentable".

"El Código no es una locura ni para que se hagan aberrantes negocios inmobiliarios. No habilita esas desprolijidades de que enfrente de la estación de Boulogne, en un lote de 8 metros por 35 metros haya un edificio de 15 pisos", aseguró.

"Las unidades que se construyan son una posibilidad. Pueden ser para uso profesional, como un consultorio, o para alguno de nuestros hijos, que cuando nos va un poco mejor y lo queremos ayudar para que empiece con un primer departamentito, comprado la mitad con trabajo y la mitad con ayuda familiar, no podía ser en nuestro barrio. Nosotros vivimos acá durante décadas y nuestros hijos se van de la zona. No porque no les gusta: es porque o son casas grandes o son construcciones marginales. El pibe que quiere estudiar en la facultad y trabajar se tiene que ir", enfatizó Cerioli.

"Va a traer un cambio importante. Hay propiedades abandonadas que podrían transformarse en unidades habitacionales. No va a venir una ola de 500 mil personas a Boulogne. El Código Urbano es para que haya un crecimiento sustentable", culminó.

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