Causa Ford: Condenaron a dos exdirectivos de la empresa por delitos de lesa humanidad

Este martes, el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín leyó la sentencia a Pedro Müller y Héctor Sibilla, y les dio 10 y 12 años de prisión respectivamente. Además, se juzgó a un exmilitar responsable de Campo de Mayo, quien recibió la pena de 15 años.

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Luego de más de 40 años de espera, el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín, condenó a dos exdirectivos de la multinacional Ford, por delitos de lesa humanidad cometidos en la empresa durante la última dictadura militar. También fue declarado culpable un ex militar, responsable de Campo de Mayo.

El TOF 1,  integrado por los jueces Osvaldo Facciano, Mario Gambacorta y Eugenio Martínez Ferraro, determinó que el ex gerente de la automotriz Ford, Pedro Müller (85) y el ex jefe de seguridad de la empresa ubicada en General Pacheco (Tigre), Hector Sibilla (90) fueron "partícipes necesarios" del secuestro y tortura de las 24 trabajadores de la empresa, recibiendo una condena de 10 y 12 años de prisión respectivamente. Por su parte, el ex militar, Santiago Omar Rivero, a cargo en ese entonces del Comando de Institutos Militares con asiento en Campo de Mayo, fue condenado como coautor y deberá cumplir la pena de 15 años de prisión.

En la lectura del veredicto estuvieron presentes la Madre de plaza de Mayo, Nora Cortiñas, el periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitzky, el fiscal Felix Crous, Victorio Pulon (Sec. DD.HH CTA), y la nieta restituida Victoria Moyano Artigas. La abogada, dirigente de Patria Grande, Elizabeth Gomez Alcorta, fue una de las abogadas de las víctimas.

Para la querella y la fiscalía, quienes habían pedido 25 años de prisión, en el proceso quedó acreditado que directivos y empleados jerárquicos de Ford tomaron decisiones y dieron colaboración concreta para los secuestros: armaron las listas de los que debían ser levantados, entregaron fichas laborales con sus fotografías a los represores y les dieron vía libre para moverse dentro de la fábrica.

La Ford aportó camionetas con las que esos trabajadores fueron secuestrados de sus puestos de trabajo y cedió quinchos de la planta para que fueran allí torturados.