El lugar se adecuó perfectamente para la ocasión. Hileras con sillas ocupadas y afiches que retrataban la vuelta de Aníbal Biggeri sintetizaban el cálido clima que se vivía a eso de las 18 horas en el estadio de Chacarita. Hasta que él recorrió el largo pasillo que separa el exterior con el interior de la cancha, giró a su lado derecho e ingresó a la sala de prensa ante los aplausos que aturdían a cualquiera de los presentes.
No lo hizo solo. A su derecha tenía a su nietita y a su izquierda al presidente de la institución, Néstor Di Pierro, y al vicepresidente, Daniel Tujsnaider. Su vestimenta también reflejaba la importancia del evento: zapatos negros, pantalón de jean azul, remera blanca debajo de un elegante saco de tono aero y reloj en muñeca. Tampoco hay que dejar de enmarcar una sonrisa de oreja a oreja que se mantuvo durante esa hora y monedas que duró la conferencia de prensa.
Apoyó la cola en la silla, miró al numeroso público presente mezclado entre periodistas partidarios y socios del club, le dio tiempo a Di Pierro para que haga un breve balance deportivo de lo que fue el 2022 y se manifieste de cara al proyecto 2023, cuya cabeza será él. El querido hombre que supo ascender como jugador y como director técnico, y que pegó la vuelta para San Martín después de siete años y medio.
“Chacarita es mi casa”, fue una de las primeras palabras que soltó el DT, envuelto entre emoción y felicidad. Antes que nada, de empezar hablar de cara a los desafíos que demandará el 2023, se acordó de la gente; de esa que le demuestra su cariño en las redes sociales y cuando se lo cruza por la calle. Y dejó en claro sus ganas de estar al frente del Funebrero. “Cualquier entrenador anhela con dirigir Primera División. Yo también. Pero dirigir Chacarita Juniors para mí es casi como dirigir Primera División, porque es de Primera”, remarcó con solvencia.
A diferencia de decenas de técnicos que desfilaron por los pasillos del club durante el transcurso de las últimas campañas, Biggeri no prometió ascender ni ser un equipo demoledor. Lo que sí prometió es “honestidad, transparencia y protagonismo”. Y que los jugadores a incorporar “sepan que vienen a vestir la camiseta de Chacarita”.
“Chacarita es un grande y tiene que pelear cosas importantes, pero para eso se necesita un orden. Los clubes que están ordenados desde lo institucional y futbolístico, no hay dudas de que pelean cosas importantes. Toda la comisión se puso a disposición nuestra para darnos todo lo que pueda, sin hacer locuras”, aseveró.
Como fiel conocedor del seno del club, ponderó a los futbolistas de las divisiones inferiores (y en ese sentido valoró la tarea de Marcelo Venturelli y Claudio Batalla), aunque anticipó rodearlos de una buena base. Seguidamente, y previo a que se de inicio al mercado de pases, dijo que no traerá “un solo jugador si no tiene la aprobación de la dirigencia. Tenemos que estar en consenso y todos de acuerdo”.
“Cuando uno arma un equipo siempre trata de tener cuatro o cinco buenos referentes, para que todo el plantel tire para el mismo lado”, dijo Aníbal, quien informó que el equipo retomará los entrenamientos el próximo 14 de noviembre y la pretemporada está pautada para el 3 o 4 de enero.
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