La fiscalía general de San Isidro dispuso cambiar a los fiscales que investigan la muerte de la modelo Natacha Jaitt, quien falleció en febrero de 2019 en la localidad de Benavídez en el partido de Tigre, informaron fuentes judiciales.
Los fiscales Martín Otero y Lida Osores Soler reemplazaron a sus pares Diego Callegari y Sebastián Fitipaldi, tras una recusación planteada por Ulises Jaitt, hermano de la mujer, constituido en la causa como particular damnificado, ante el juez de Garantías 2 de San Isidro, con jurisdicción en Tigre, Orlando Abel Díaz.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que la decisión fue tomada por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, para que los nuevos fiscales revean el expediente y determinen si la causa está para ser archivada o si hay algún elemento que indique si alguien tuvo algún tipo de responsabilidad penal en el deceso.
Osores Soler es hace varios años la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Vicente López y Otero es fiscal del Área Criminal de la Fiscalía de San Fernando.
En junio del año pasado, en los laboratorios de la Dirección de Criminalística de la Gendarmería Nacional (GNA), los investigadores lograron desbloquear el iPad de Natacha después de cuatro años y 100.000 intentos de claves, aunque no hubo mayores avances con su contenido en el expediente.
La muerte de Natacha
Jaitt (41) murió la madrugada del 23 de febrero de 2019 en el salón de fiestas "Xanadú", situado en Isla Verde al 600, de Villa La Ñata, Benavídez, partido de Tigre, al que había concurrido por una reunión de negocios para programar un evento.
En un momento de la noche, durante la cual se consumieron drogas y alcohol, la conductora y modelo subió a una habitación donde sufrió, según los resultados de la autopsia, una "insuficiencia respiratoria por edema agudo de pulmón" y una "falla multiorgánica", y murió.
Las pericias toxicológicas confirmaron que Jaitt consumió cocaína y alcohol antes de morir en el salón de fiestas Xanadú, y no detectaron la presencia de ningún veneno.
La familia Jaitt siempre sospechó que la muerte de Natacha podía haber sido un homicidio vinculado a algunas denuncias que ella había hecho públicas, aunque para los fiscales todo indica que fue producto del deteriorado estado de salud que presentaba y de la ingesta voluntaria que esa noche hizo de cocaína.