Un joven fue detenido en la localidad de El Palomar, Morón, por el crimen de María Lucrecia Arias, asesinada de un tiro en un asalto cometido hace dos semanas cuando llegaba con su hija a su casa de Castelar. Los investigadores determinaron que el celular del acusado se activó tanto en el lugar del hecho como en la zona donde incendiaron el auto en el que circulaban los delincuentes.
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La detención fue llevada a cabo durante el pasado jueves por por efectivos de la comisaría 7ma. y de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Morón en un domicilio situado en la villa Carlos Gardel de dicha localidad del oeste.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que el sospechoso de 29 años quedó vinculado al crimen en función del análisis de la ubicación de su celular. De acuerdo a los investigadores, las antenas se activaron en la zona donde ocurrió el crimen y en donde posteriormente fue incendiado el auto de los delincuentes, a la hora en que sucedieron ambos hechos.
Según las fuentes, el joven registraba antecedentes penales por un "robo calificado" del 13 de marzo de 2013 y por una "tenencia ilegal de arma de uso civil" del 10 de marzo de 2022. A su vez, el sospechoso fue indagado por el fiscal de la causa, Matías Rappazzo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de Morón, y se negó a declarar.
Por el caso, ya son dos los aprehendidos dado que la semana pasada detuvieron a un hombre de 40, tras un procedimiento en la calle Manuel Fluguerto al 2500, de El Palomar, donde se recuperó el celular robado a la víctima: un smartphone marca Samsung, modelo A33 color negro. Ambos fueron imputados por el delito de "homicidio criminis causa": matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad. Los investigadores continúan abocados a la detención del resto de la banda.
El crimen fue cometido el 25 de enero último, alrededor de las 23, en la calle San Nicolás 2070, a metros del cruce con Salcedo, de Castelar norte, en la zona oeste del conurbano. Arias regresaba a bordo de su Volkswagen Suran de buscar a su hija en una reunión de amigas, cuando fue interceptada por cuatro delincuentes que la abordaron para robarle el auto en la puerta de su domicilio.
La principal hipótesis que maneja Rappazzo es que a la víctima aparentemente se le trabó el cinturón de seguridad y no pudo bajarse de inmediato del auto cuando los delincuentes la amenazaron con fines de robo, motivo por el cual le efectuaron un disparo en la espalda.
Por su parte, la hija de Arias logró descender del rodado y escapar mientras pedía ayuda a los gritos a los vecinos, por lo que no fue alcanzada por ningún proyectil.
Los asaltantes escaparon sin poder robar el Suran de la víctima, pero más tarde, el Peugeot 2008 negro en el que se cree que circulaban, fue hallado abandonado en la zona del barrio Ejército de los Andes.
De la escena y del auto de la víctima los peritos levantaron huellas y rastros, al tiempo que secuestraron imágenes de cámaras de seguridad de la zona, que serán analizadas para poder avanzar en la identificación de los criminales. Además, en base a la prueba recolectada, los investigadores determinaron que a la mujer la mataron de un tiro efectuado con una pistola calibre 9 milímetros.
La autopsia determinó que a Arias tenía un único disparo con orificio de entrada en la escápula y salida en el pecho.