En Tigre, cada 4 de agosto es un día especial. Se celebra el aniversario del municipio por un hecho histórico que marcó no sólo al distrito, sino también a toda la Argentina: la recuperación de Buenos Aires luego de las primeras invasiones inglesas.
En junio de 1806, tropas inglesas al mando de Carr Beresford invadieron el virreinato y tomaron el poder en la ciudad de Buenos Aires, luego de haber desembarcado en las costas de Quilmes.
Ante esa situación de extrema vulnerabilidad, el virrey Sobremonte encomendó a Santiago de Liniers organizar una fuerza que recuperara la ciudad, por lo que se trasladó a Montevideo y reunió tropas y pequeños barcos para cruzar el Río de la Plata e iniciar el proceso de la reconquista.
Si bien estas milicias estaban compuestas por algunos soldados regulares, la realidad es que, en su mayoría, la mayor parte de la tropa patriota era de carácter irregular y estaban conformadas por hombres, mujeres y niños que carecían de todo tipo de instrucción militar, entre ellos, incluso, había vecinos de lo que en aquel momento era el pago de Las Conchas.
El 3 de agosto embarcó en Colonia del Sacramento y una fuerte sudestada lo obligó a internarse por el Río de las Conchas, donde desembarcó con sus tropas en la mañana del 4 de agosto en el puerto de lo que actualmente consideramos como partido de Tigre, y por ese motivo esa fecha se celebra como el Día de Tigre.
Desde el puerto, marcharon hacia la ciudad. Días después, el 10 de agosto, desde el campamento en los corrales de Miserere, Liniers intimó a Beresford a rendirse. Ante la negativa, Liniers avanza sobre el Retiro, derrota a las tropas que allí se encontraban y logra el arribo de distintas columnas sobre la Plaza Mayor.
Esto obliga a las tropas inglesas a replegarse hacia el fuerte y, mientras lo hacían, recibir todo tipo de ataques con agua hirviendo y objetos contundentes por parte de los ciudadanos. Poco tiempo después, los ingleses se rindieron.
El rechazo de un ejército invasor, con experiencia en diversos campos de batalla, sentó las bases de un proceso de toma de conciencia de las propias fuerzas, por la que los habitantes de estas tierras sintieron que poseían elementos suficientes para una futura revolución que llegaría poco tiempo después.