Diego Martínez, entrenador del Tigre campeón de la Primera Nacional, dialogó en exclusiva con SÓLO TIGRE – QUE PASA y aseguró que “a lo largo del torneo hemos logrado darle un identidad al equipo y nos hace sentir orgullosos”. Analizó lo que fue el sendero del Matador hacia el título que se concretó este lunes por la noche en el estadio Florencio Sola, en la finalísima ante Barracas Central y llenó de elogios a sus dirigidos.
“La posibilidad que tuvimos de conformar un equipo con grandes futbolistas nos hizo sacar una diferencia realmente notoria sobre los rivales, que no es la realidad de lo que termina sucediendo y pasando en esta categoría tan difícil”, valoró Martínez al analizar el desarrollo del certamen que lo tuvo a Tigre posicionado siempre en los primeros planos de la Zona A, de la que finalizó puntero con 60 puntos, producto de 17 victorias, 9 empates y sólo 6 derrotas.
Teniendo en consideración los primeros diez encuentros que disputó el Matador de Victoria, en los que solo perdió uno, parecía que el boleto a la final por el primer ascenso se iba a dar de una manera más sencilla. “Ese rendimiento inicial nos hacia vislumbrar que la diferencia podía ser muy grande, aunque el transitar del torneo nos llevó a un baño de realidad donde enfrentamos a equipos muy importantes”, aseguró el director técnico del campeón.
Si uno realiza un paralelismo de cómo llegó Tigre a la final y cómo lo hizo Barracas Central, las diferencias son notorias, no sólo desde el juego, sino también por los rivales a los que cada uno ha enfrentado en sus respectivos grupos. En este sentido, Martínez se detuvo y admitió que “cuando sortearon el fixture allá por enero cada equipo que salía en nuestra zona decía 'Pucha. Uh, Agropecuario, uh, Quilmes, uh, San Martín de Tucumán, uh, Chicago, uh, Chacarita', que son equipos muy grandes y con mucha historia en el fútbol argentino”.
“La diferencia no iba a ser grande y terminó sucediendo eso. Terminó sucediendo que los equipos grandes terminaron peleando. Equipos como Agropecuario o Belgrano quedaron afuera”, ejemplificó el entrenador y sostuvo que “es muy difícil poder sostener un nivel tal parejo durante todo un año en el fútbol argentino que es tan competitivo”.
En ese marco el ex DT de Estudiantes de Buenos Aires y Godoy Cruz afirmó: “El equipo peleó todo el año. Primero con Atlanta y Gimnasia de Mendoza, después se cortó un poco Almirante Brown, pero siempre con la expectativa de poder alcanzarlos”.
En el tramo final, y más allá de las últimas cuatro jornadas de la etapa regular en las que Tigre logró la gran seguidilla de triunfos frente a Chacarita, Nueva Chicago, Almirante Brown y San Martín de Tucumán, para Martínez hubo un match que resultó clave para este feliz desenlace: “Después del partido con Atlanta se generó un clima especial dentro del grupo. No sabíamos si íbamos a alcanzar a Brown, pero sí que el objetivo era ascender por una de las dos vías (primera final o reducido)".
Martínez llenó de elogios a sus dirigidos y deslizó que en las 34 fechas desarrolladas, más la final, “hemos logrado darle una identidad a nuestro equipo”, algo que “nos hace sentir orgullosos”. De todos modos dijo que “no nos creíamos que éramos lo mejores cuando el equipo ganaba todos los partidos y obtenía esa diferencia, pese a que sentíamos que estábamos muy bien”.
“Más allá de que algunos resultados no se daban, el equipo seguía siendo superior a los rivales. Siempre con cosas para mejorar, no nos deteníamos sólo en el resultado porque entendíamos que el rendimiento era lo que te lleva a tener el resultado”, cerró.
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