Un Tigre de dos caras: entre los ochos mejores pero con una seguidilla de malos resultados

El Matador está a días de jugarse todo contra River en cuartos de final mientras atraviesa un bajón futbolístico del cual debe salir lo antes posible para buscar avanzar en las instancias definitorias.

tigre plantel equipo

Si alguien decía que después del ascenso Tigre iba a estar peleando el campeonato en su primera campaña en Primera División, probablemente lo iban a tratar de loco Pero el Matador se adaptó rápido a la nueva categoría y con un plantel lleno de jerarquía empezó a hacerse un lugar y a codearse con los equipos importantes. A base de sacrificio, buen juego y una idea trabajada, se ganó su lugar entre los ocho mejores de la Copa de la Liga Profesional, aunque deberá levantar su rendimiento ante la seguidilla de malos resultados: sacó 1 punto de los últimos 12 en juego.

El Matador tuvo un arranque tímido (empates con Godoy Cruz, Central Córdoba y Lanús) pero después se fue acomodando a las exigencias de Primera División y Diego Martínez empezó a encontrar el equipo. Para la fecha 5 contra Colón se vio la mejor versión del equipo en todo el campeonato: el triunfo por 1 a 0 en Victoria fue un baile que podría haber terminado con más goles. Castro, Zabala, Prédiger, Blondel, Prieto, todos en un altísimo nivel.

La inmerecida derrota con Aldosivi no hizo que el equipo perdiera el foco y borró de la cancha en los siguientes dos fines de semana a Platense con goleada y Rosario Central, hasta que llegó un partido que ahora pareció ser bisagra: el de Estudiantes, que venía puntero en la zona y terminó ganándole por 2-1 al Matador. A partir de ahí, Tigre empezó a sufrir una merma en su rendimiento que todavía mantiene. Algo lógico, porque ningún equipo puede tener partidos perfectos durante todo un campeonato.

El empate con Arsenal y las derrotas con Vélez y Boca encendieron las alarmas en el cuerpo técnico, tanto a nivel colectivo como en lo individual. Hay varios jugadores que atraviesan bajos rendimientos y eso repercute colectivamente en el equipo, que pareció haberse quedado sin respuestas anímicas en los dos partidos. Más allá de eso, tiene sumamente merecido su lugar en cuartos de final y este miércoles buscará dar el batacazo en la cancha de River.

Lo positivo es que la idea del entrenador nunca dejó de verse ni seguramente deje de hacerlo. Tigre sabe a lo que juega y los intérpretes pueden cambiar, sobre todo del medio hacia adelante, pero el faro está claro: juego ofensivo, con presión alta, buscando la circulación de pelota entre los volantes internos y con un gran despliegue de los laterales. Esas son algunas de las tantas características de este Tigre de Martínez. ¿Está atravesando un mal momento futbolístico? Sí. ¿Hay material para trabajar y márgen para mejorar? También. Quizás suene raro, pero Tigre está a tres partidos de ser campeón otra vez.

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