''Existe una voluntad política para que se consolide este modelo urbanístico''

ENTREVISTA. Patricia Pintos es licenciada en Geografía de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del Conicet,una especialista en la temática de humedales. Habló sobre la especificidad de la región, la problemática de las inundaciones relacionado al tipo de desarrollo urbanístico de emprendimientos cerrados.

Sus trabajos recientes se asocian con los cambios operados en la expansión metropolitana norte de Buenos Aires y a los vínculos entre gestión pública del territorio y desarrollos inmobiliarios de tipo cerrado. Asimismo se desempeñó como directora de Planificación Urbana y Territorial de la Provincia entre 2005 y 2008.

 

- ¿A qué se debe la cantidad de emprendimientos urbanísticos cerrados en la región norte?

-La especificidad de estos emprendimientos está dada por las características hidrológicas y morfológicas del suelo, tanto en Escobar y Tigre, y en menor medida en Pilar y Campana, que juntos conforman la Cuenca Baja del río Luján. Es decir, los humedales presentan las características naturales del suelo adecuadas para el desarrollo de inversiones inmobiliarias de barrios que ofrecen un producto marcado por los paisajes asociados al agua. Esto no sería posible en otros ambientes, y tampoco sin una voluntad política para que se consolide este modelo.

-¿Qué es un humedal?

-Es un ecosistema que se caracteriza por estar saturado de agua de manera permanente o semipermanente. En una parte del año es habitual que aflore una capa de agua sobre la superficie del terreno. Al encontrarse ocupadas de manera constante por agua es mucho más sencillo remover los materiales que permiten producir las lagunas artificiales que forman parte de la oferta paisajística de estos barrios, y al mismo tiempo esos materiales son utilizados para construir el área urbanizable.

- ¿Cómo actúa el humedal en épocas de lluvias?

-El humedal es considerado como un área de amortiguación frente a las crecientes que podrían sobrevenir en un período de precipitaciones extraordinarias porque actúan como esponja, absorbiendo el excedente hídrico que incorporan hacia los acuíferos subterráneos. En la medida en que los humedales se eliminen por la construcción de la actividad humana, se están eliminando los espacios a partir de los cuales se recargan los acuíferos, y eso tiene una incidencia en la capacidad de abastecimiento de agua para las poblaciones aledañas. Asimismo, al desaparecer los ambientes que permiten la infiltración del agua, la misma se estanca. A esto se le suma que hace un par de años entramos en un ciclo húmedo, donde las precipitaciones son abundantes y en poco tiempo. A partir de la transformación que se ha dado en la cuenca baja donde se ha tendido a sobre elevar los terrenos para producir este tipo de barrios, se genera una suerte de dique que termina inundando a las poblaciones cercanas, las más vulnerables.

- ¿A qué se debe la consolidación de este modelo de desarrollo urbanístico?

- El urbanismo neoliberal que vemos hoy no es casual. Es un modelo de gestión urbanística ligado a un 'dejar-hacer' a las empresas, relegando las cuestiones de interés público. Donde se le otorga beneficios al mercado en detrimento del bien público, como es el suelo. Desaparece la planificación, y es reemplazada por el libre juego de la oferta y la demanda, el rol del Estado pasa a ser el de facilitar el posicionamiento de ciertos sectores en vez de compensar las desigualdades. Es el urbanismo de las empresas, donde la gente queda librada a su suerte.

-¿Cuál es la medida más urgente que se puede tomar para frenar el deterioro natural?

-Hay que prohibir nuevas habilitaciones para urbanizaciones cerradas en humedales. Como sociedad estamos avanzando en consolidar un modelo que tiene una incidencia muy clara en la destrucción de ambientes y su impacto todavía no hemos podido dimensionar. En 2012 registramos 56 urbanizaciones en siete mil hectáreas de superficie en humedales. Mientras que el año pasado se observó 66 urbanizaciones en 9.200. Es decir, un equivalente de 2.200 manzanas más. En octubre y noviembre del año pasado ya ha habido algunas señales donde vastos sectores de la cuenca media y baja permanecieron con agua durante muchos días. En la medida en que sigamos favoreciendo este tipo de desarrollos inmobiliarios el problema solo tenderá a agravarse.