“No es una reforma electoral, sino que es una reforma cosmética”

En el marco del anuncio por parte del Presidente Mauricio Macri sobre el proyecto para la reforma política y electoral, Sebastián Glamarini, senador por la provincia de Buenos Aires, se manifestó al respecto.

Así se refirió el Presidente de la Comisión de Reforma Política y Régimen Electoral del Senado bonaerense y referente en el tema del Frente Renovador, Sebastián Galmarini, tras el anuncio presidencial sobre el proyecto de reforma política.

“Estamos a favor de terminar con las listas colectoras, y todas las artimañas que complican a los ciudadanos a la hora de elegir, pero el problema más profundo que tiene nuestro sistema político, que es la crisis por la que atraviesan los partidos políticos, no la estamos atacando de manera directa”, agregó el legislador massista.

“Si bien acompañamos la necesidad de modernizar el sistema de votación, la Boleta Única Electrónica (BUE), tiene serios problemas en la privacidad en el secreto del voto. Hay que ser cuidadosos y estar atentos al tipo de tecnología que se use, sobre todo si van a usar el sistema RFI. También tiene problemas en la seguridad, en cuanto a la inviolabilidad del sistema”, alertó Galmarini.

El Vicepresidente Segundo de la Cámara Alta también evaluó que la propuesta del gobierno de Mauricio Macri “es el tipo de voto electrónico más caro, porque requiere la utilización de un tipo de papel especial, de cartón, la incorporación de chip, además del alquiler o la compra de las máquinas”. Y agregó: “El costo de la implementación podría elevarse de forma escandalosa. La diferencia entre el costo del contrato con la empresa Indra para la transmisión de datos para las tres elecciones –P.A.S.O., elección general y balotaje- del año pasado fueron 330 millones de pesos con 95 mil mesas a nivel nacional, versus 245 millones que se licitaron con la empresa MSA para algo más de 7 mil mesas sólo en la Ciudad de Buenos Aires. Estaríamos gastando más de 3.500 millones de pesos para una reforma en el sistema de votación”.

También se refirió a la obligatoriedad del debate presidencial que establece el proyecto: “Estamos de acuerdo, pero no impacta sobre los problemas que tiene nuestro proceso electoral”.

En cuanto al fortalecimiento y control de la administración electoral, el senador Galmarini afirmó que “estas modificaciones no terminan de atender ni de consolidar la independencia, la transparencia ni la celeridad que reclamamos para terminar con las discusiones permanentes que se dan elección tras elección”.