El Domingo de Pascua es una de esas tradicionales fechas que invitan a la reunión familiar. Gastronomía de por medio, la mesa se prepara para celebrar la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado. Pero si de comida nos referimos, es imposible no mencionar un elemento que se ha convertido en muchos hogares, mas si hay niños, en el centro de celebración: los huevos de chocolate.
Ahora bien, ¿cuál es el motivo de conmemorar esta fiesta con huevos de chocolate? ¿Cuándo se originó?: preguntas que muchos no hacemos cada vez que se aproxima esta fecha. En primera instancia, hay que remontarse a la Edad Media, cuando los cristianos relacionaban al huevo con la resurrección de Jesucristo.
El huevo es símbolo de "fertilidad" y es por eso que aparece en distintas culturas a lo largo del mundo, como la hindú o la mitología egipcia. El hinduismo menciona la creación del mundo a partir de un huevo. Mientras que los egipcios hablan del ave Fénix: pájaro que muere incinerado y renace el huevo que los creó en su primer lugar.
En cuanto al cristianismo, la Pascua celebra la resurrección de Cristo. Como sucedió en América, la expansión del cristianismo vino de la mano de asimilar tradiciones y festividades pre-cristianas con fechas relevantes con la fe católica. Es así como este símbolo de fertilidad pre-existente se vincula a este momento donde los cristianos celebran la Vida que vence a la muerte. Y claro, el chocolate le queda muy bien a cualquier festejo.
Registros históricos aseguran que en la Edad Media se presentaba la tradición de pintar y decorar huevos como una actividad importante de la Semana Santa. Con los años, en algunos países fueron modificándola. Por ejemplo, en Estados Unidos, uno de los juegos típicos de Pascua es pintar huevos y esconderlos, para que los niños los busquen y encuentren.
Ya a comienzos del Siglo XIX, en países como Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro. Las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus inicios, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol.
Actualmente, en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para bendecirlos y consumirlos en el Domingo de Resurrección.
El único momento en el que esta tradición se vio interrumpida fue durante los Siglos IX y XVIII, cuando la Iglesia prohibió comerlos durante la Cuaresma, por una actitud de ayuno, similar a lo que se acostumbra con la carne roja. Sólo podían ser consumidos durante el Domingo de Resurrección.