Juan Del Pino, referente de Argentina Humana en San Isidro, espacio conducido por Juan Grabois a nivel nacional, analizó la polémica por el acopio de más de 5.000 toneladas de alimentos por parte del Ministerio de Capital Humano de la Nación y se refirió a la medida judicial que obliga a la su inmediata entrega a comedores y merenderos de todo el país. Además, opinó sobre la postura del gobierno de difundir como "comedores fantasma" a espacios comunitarios como "excusa para no entregar alimentos", algo que calificó como "inhumano y falto de sensibilidad".
Luego de la movilización frente a uno de los galpones donde el gobierno nacional acopia gran parte de los alimentos que deberían ser entregados a comedores, ubicado en la localidad de Villa Martelli, Del Pino dialogó con QUE PASA y sostuvo que "el poder judicial le dio 72 horas al gobierno para explicar un plan de entrega de los alimentos y avanzar con eso rápidamente, el gobierno dijo que lo va a apelar, pero la apelación en sí no frena el peso de la orden: el gobierno debe avanzar de todos modos con la entrega y si la apelación le sale bien podrá dar marcha atrás, pero no puede dejar de obedecer el fallo judicial".
Además, dijo que "es una mentira total" que el gobierno esté entregando mercadería normalmente a los comedores existentes. "Ellos cortaron la entrega a todos los comedores, ni bien asumieron. Ahora, hace dos semanas, auditaron cerca de 2000 de un listado que se había hecho online durante la pandemia, no el oficial de comedores que recibían alimentos regularmente. Fue un listado especial que se abrió durante la pandemia, donde se multiplicaron los comedores y muchos cerraron porque no los podían sostener. Ellos se agarraron de aquel listado y fueron después de seis meses de no entregar alimentos a auditar una muestra de ese listado y aún así, la mayor parte de los que fueron a buscar, encontraron que seguían funcionando, con donaciones, poniendo de su bolsillo, consiguiendo de los municipios o de la provincia, pero sin entrega de Nación".
"En este contexto social, buscar excusas para no entregar alimentos es inhumano"
"Hace poco el gobierno abrió acuerdos con iglesias evangélicas y con Cáritas, pero es una porción muy minoritaria de comedores comunitarios que hay en el país", explicó Del Pino y se refirió al pedido que realizó la Iglesia días atrás para que la gestión de Javier Milei entregue los alimentos a los comedores: "Cáritas provee a una parte de los comedores de la iglesia católica, pero hay muchos que tienen sus propias personerías o gestionan los curas de manera directa, que están en el mismo problema que las organizaciones sociales".
En este sentido, expresó que el mecanismo que lleva adelante el gobierno nacional "es un modus operandi que utiliza en muchas áreas de las que ajusta, justificado en la razón de que están cortando curros, cuando en realidad lo que están cortando es inversión social". "No están abriendo el flujo de alimentos cuando la situación social empeoró y mucho. Según la UCA (Universidad Católica Argentina), la indigencia se duplicó en estos meses y el gobierno achica la asistencia social con alimento. La situación es dramática y hay mucha gente que si no es por los comedores no come, esto quiere decir que hay mucha gente que no está comiendo, porque no en todos lados se pueden sostener", manifestó Del Pino y agregó: "En este contexto, ponerse a buscar el pelo en el huevo o la excusa para no entregar alimentos es inhumano y falto de sensibilidad".
"Hay un ataque a las organizaciones, a los 'grupos de interés', según lo definió el próximamente ministro Sturzenegger, muy evidente. A todas aquellas que defienden intereses de las clases populares: comedores, sindicatos, clubes de barrio son víctimas del ataque del gobierno. En el fondo, lo que se busca es retirar ese derecho conquistado. Atacar a la organización es un paso previo para poder llevar el ajuste a fondo. El ataque a las organizaciones sociales es necesario para llevar a fondo la política de ajuste que pretende llevar la inversión social a números pre años 90, muy bajo en una situación social alarmante y cada vez peor". "El objetivo del gobierno no son las organizaciones, es profundizar el ajuste", dijo y añadió: "Si el gobierno quisiera entregar alimentos y no hacerlo a través de las organizaciones, las organizaciones sociales lo ayudaría a que pueda hacerlo por otros canales, como las escuelas, las salas de salud. Las organizaciones no van a salir a ponerse en contra de eso, para nada. Necesitamos que los alimentos lleguen a la gente".
Por último, se refirió al acompañamiento de los sectores populares al gobierno de Javier Milei: "No veo que siga igual de fuerte que en el balotaje. Creo que el apoyo ha menguado, pero es cierto que hay gente que sigue acompañando. La elección pasó hace poco, gran parte de nuestro pueblo no está interesado en los debates políticos, en las razones de fondo. Sigue enojada con el gobierno anterior, con una gestión que no cumplió con las expectativas que el pueblo había depositado en ella. Es difícil cambiar de opinión de forma tajante con algo, si uno se ilusiona. Hay gente que lo votó tres veces: en las PASO, las generales y el balotaje. Ir para atrás en ese apoyo puede llevar tiempo".
"Hay una porción de la población que guarda una esperanza o la ilusión de que esto vaya a mejorar rápidamente, que es algo que el gobierno viene prometiendo: un rebote en ve corta. Yo soy muy escéptico y no creo que eso vaya a suceder. Ojalá suceda, porque la situación es dramática. Temo que ante el golpe de que si esa ilusión no se concreta, que es lo que creemos que va a suceder, gran parte de nuestro pueblo caerá en la apatía, por eso debemos hacernos cargo de los errores que cometimos y escuchar las demandas de nuestro pueblo", cerró.