Nos encontramos en agosto del 2021. Fernanda Navarro y su pareja, Sebastián Ávalos, fueron condenados a cadena perpetua, por un aberrante crimen que tuvo lugar precisamente en ese mismo mes, pero del año 2018, en una vivienda de la localidad de Don Torcuato del partido de Tigre. ¿La víctima? Emma, de 5 años, hija de Navarro.
El Tribunal Oral en los Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, compuesto por los jueces Verónica Di Tomasso, Maximiliano Savarino y Pablo Rolón, decretaron la pena máxima para los sujetos, a través de un fallo al que tuvo acceso el diario La Nación.
Allí se informa que tanto Navarro como Ávalos resultaron condenados a cadena perpetua por homicidio agravado por ensañamiento, en carácter de coautora, el cual a su vez se agrava por el vínculo que concurre en forma real con el de abuso sexual agravado por acceso carnal, calificado por haber sido por el encargado de la guarda y por haberse aprovechado de la situación conviviente con un menor de 18 años.
No hay dudas que un caso semejante como es este el caso genera un total repudio y conmoción a la vez, sobretodo para Federico Corasanti, jefe del Cuerpo Médico Forense de la policía de la provincia de Buenos Aires en el Departamento Judicial de San Isidro, quien, entre otros, participó del debate.
“No puedo olvidar ese hecho. Es raro que los médicos forenses recordemos peritajes. Sucede por trascendencia mediática o como en este caso, por la escena. La niña era un tratado de lesionología (sic). Menos de arma de fuego, tenía todas las lesiones”, le confió Corasanti al mencionado medio.
Según el experto, la niña fue encontrada desnutrida, abusada, golpeada y con más de 100 lesiones, además de contar con quemaduras hechas con cigarrillos.
“La niña no tenía mala nutrición, sino que tenía un estado de desnutrición aguda, que impacta en retardos en la talla, o alteraciones óseas; no tenía tejido adiposo, prácticamente. Una vez que la desvestí, verificamos un estado de adelgazamiento extremo. Para los cinco años, un infante debería medir de un metro a metro y veinte, y pesar entre 18 y 25 kilos”, relató.
La madre de Emma fue interrogada por el fiscal Callegari, quien le preguntó cuál había sido el peor episodio de su vida, a lo que ella respondió “conocer a Ávalos”. Seguidamente, le insistió y le consultó cuál había sido el segundo peor suceso vivido: “La violación”, contestó la mujer, haciendo referencia a que habría sido víctima cuando era más joven.
El representante del Ministerio Público calificó el suceso como “aberrante” agregando que la niña “estuvo peor que en un campo de concentración”. Los informes concluyeron que la mujer es una “persona gélida a quien no le interesa nada”.
Los sujetos fueron condenados a cadena perpetua. Claro, ello no le devolverá la vida a la pequeña Emma, aunque al final de cuentas, se hizo justicia.