Monseñor Ojea presidió la misa de San Cayetano en Villa Adelina

El Obispo de la Diócesis de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, presidió en la parroquia San Cayetano de Villa Adelina, en honor al Santo Patrono del Pan y del Trabajo. La celebración -que se realizó a puertas cerradas por las disposiciones sanitarias-, fue concelebrada por los sacerdotes de la Parroquia y se unió a través de las redes sociales la comunidad educativa del Colegio Parroquial.

Ojea S Cayetano

Esta mañana, en el marco de la tradicional celebración de San Cayetano, el obispo de San Isidro presió la misa realizada en la capilla de Villa Adelina que lleva el nombre del santo patrono del trabajo. Ojea comenzó su homilía haciendo referencia a la vulnerabilidad de todas las personas al nacer, y a la primera experiencia que se tiene de la necesidad de cuidado.  

Enfocándose en el deber ser de los cristianos, el Obispo expresó que: “Los cristianos estamos llamados a aprender a cuidar a los demás, a llevarle la experiencia del cuidado a cada hermano que lo necesita”.

“Cuando decimos en el Padre Nuestro al Señor: Danos hoy nuestro pan nuestro de cada día, hablamos también del pan del amor, del pan del afecto, del pan de la justicia, del pan de la verdad; a todos esos panes que tenemos que ayudar a que se coman bien” expresó monseñor Ojea, y continuó diciendo: “Y por eso Dios le dio a cada uno de ustedes un don, que en este tiempo de formación, los docentes, los compañeros y compañeras, nos ayudan a descubrir” y agregó que: “Para esto se requiere trabajo y San cayetano es el Patrono del trabajo”.

Refiriéndose al trabajo, el Obispo puntualizó: “Generalmente cuando hablamos de trabajo, hablamos de una carga pesada”, y reforzó esta idea mencionando lo que nos dice el Señor en el libro del Génesis: “Te ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente,” para luego remarcar que: “A veces no solo con el sudor de la frente, sino también con el sudor del corazón, ya que las condiciones de trabajo a veces son tan dolorosas y tan difíciles y mal remuneradas, que a veces lo ganamos no solo con el sudor de la frente, sino con el sudor del corazón” y reforzó diciendo: “Sobre todo en esta época en la que nos preparamos para sufrir crisis muy grandes, que tenemos que poner en manos de San Cayetano”.

Señalando otro aspecto del trabajo, el Obispo expresó que: “El trabajo hace a la dignidad de la persona, la persona se siente valorada” y agregó: “Todo esto hace a lo que llamamos la dignidad de la persona humana”.

Dirigiéndose a la comunidad educativa del Colegio parroquial San Cayetano, monseñor Ojea expresó: “Cuánto tenemos que hacer cuando descubrimos, en estos años de formación, aquello que nosotros podemos aportar a nuestra comunidad”, e invitó a ofrecer la misa “Para aportar ese granito de arena que cada uno tiene, en este momento de la vida del país, en el que tenemos que ser tan creativos”.