Este mediodía, una trágica noticia sacudió al mundo: Diego Armando Maradona falleció a los 60 años en la casa de Tigre donde se encontraba recuperándose luego de haber sido operado días atrás.
Desde hace varios días, la salud de Maradona era tapa de todos los diarios del país, luego de que tuviera que internarse en la Clínica Olivos para ser operado por un hematoma subdural el pasado martes 3 de noviembre. Tras ser dado de alta, Maradona se alojó en el barrio San Andrés del complejo Villanueva de Tigre el miércoles 11 para realizar el postoperatorio, acompañado por su familia y por médicos que lo asistían en el proceso de recuperación.
Sin embargo, este 25 de noviembre, se conoció que durante el mediodía, sufrió una descompensación cardíaca que terminó en un paro y se llevó la vida de El Diez, con un legado futbolístico y una marca a varias generaciones, que logró sencillamente haciendo magia con una pelota de fútbol.
Diego se levantó esta mañana en buen estado, como durante los días previos, tomó la medicación indicada por los médicos y se fue a recostar, una rutina que cumplía habitualmente desde su alta del sanatorio. Cuando estaba en la cama sufrió una descompensación cardíaca que alertó a todos los presentes. De inmediato intentaron reanimarlo pero no reaccionó y se corazón se apagó.
Al momento de su muerte, no había familiares en la casa de Nordelta. Lo acompañaban una enfermera, una asistente terapéutica, un psicólogo, un psiquiatra, otros médicos y la gente de su entorno de los últimos tiempos, según pudo averiguar Télam.
La noticia fue confirmada a los medios por Matías Morla, luego que tres ambulancias ingresaran al complejo privado en la localidad de Benavídez, donde se intentó hacerle la reanimación.
El pasado 30 de octubre había cumplido 60 años y tuvo una fiesta homenaje en el estadio de Gimnasia de La Plata, equipo del que era entrenador. Ese día se vio a Maradona desmejorado y muy débil, debiendo caminar con un acompañante y casi sin poder emitir palabra. La situación encendió las alarmas sobre su salud, e inmediatamente después fue internado en La Plata, para ser trasladado posteriormente a la clínica privada ubicada en el partido de Vicente López.
Este miércoles, Presidencia de la Nación decretó tres días de duelo nacional y Fernández avisó que "todas las puertas del Estado están abiertas" para homenajear al astro, algo que será decidido por su familia directa. "Es una pena enorme, Diego es Argentina en el mundo. Cuando lo sacaron de la clínica me quedé un poco preocupado. Se fue un tipo único, excepcional, dueño de una fuerza, una garra y un coraje que generó orgullo en los Argentinos", lamentó el presidente en diálogo con TyC Sports.
Surgido de Villa Fiorito, un barrio de emergencia del partido de Lanús, Maradona cambió la historia del fútbol argentino desde fines de la década del '70 y se transformó en el deportista más prestigioso de todos los tiempos. En el fútbol ocupó el olimpo de la historia junto al brasileño Pelé y, más en la actualidad, aunque con resistencia por parte del ambiente, con su compatriota Lionel Messi.
Diego, nacido el 30 de octubre de 1960, debutó en Primera División con la camiseta de Argentinos Juniors con apenas 15 años y tres años después se consagró campeón mundial juvenil en Japón, dirigido por César Luis Menotti, a quien reconocía como el DT más importante en su vida.
En 1981 pasó a Boca Juniors, club de sus amores, y se consagró campeón del Metropolitano antes de pasar a Barcelona (1982-1984), donde se reencontró con el "Flaco". En esos años alcanzó la cumbre de su brillante carrera, tanto en Napoli de Italia (1984-1991) como en el seleccionado mayor, con el que se coronó campeón mundial en México '86, siendo capitán.
El partido con Inglaterra, por los cuartos de final de esa Copa de Mundo, lo transformó en leyenda para siempre. Argentina se impuso 2-1 con dos tantos propios de antología: "La Mano de Dios", anotado con un puñetazo ante la carga del arquero Peter Shilton, y el gol de todos los tiempos, concretado con un slalom a pura habilidad desde la mitad de la cancha hasta el área chica, eludiendo a cuanto inglés se le cruzó en el camino.
Con la camiseta argentina también jugó los Mundiales de Italia '90 (subcampeón) y Estados Unidos '94, del que marchó después del segundo partido ante Nigeria por un caso de doping.
Las drogas también le pusieron fin a su gloriosa etapa en Napoli, donde es adorado como un Dios. Diego condujo a ese club del humilde sur italiano a la gloria deportiva con la conquista de dos Scudettos, una Copa Italia, una Supercopa de Italia y una Copa de la UEFA. Tras dar positivo de doping en el club italiano y cumplir una sanción de un año, Maradona retornó al fútbol en Sevilla de España (1992-93) bajo la conducción de Carlos Bilardo, técnico con el que se consagró campeón.
En 1993 retornó al fútbol argentino para una breve etapa por Newell's Old Boys de Rosario y luego volvió a Boca para ponerle fin a su carrera en 1997. Su partido despedida fue en La Bombonera en 2001 cuando dejó una de sus tantas frases célebres: "Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha", en un abierto y sincero reconocimiento a todos los errores cometidos en su carrera.
Diego había iniciado antes su experiencia como técnico (Deportivo Mandiyú de Corrientes y Racing), aunque su momento más trascedente en ese rol lo vivió con el seleccionado argentino en el Mundial Sudáfrica 2010, del que marchó eliminado en cuartos de final.
Después dirigió en Al Wasl (2011-12) y Al-Fujairah de Emiratos Árabes (2017-18), Dorados de Sinaloa (2018-19) y Gimnasia y Esgrima La Plata, club que le volvió a abrir las puertas del fútbol argentino el año pasado.
Talentoso, corajudo, rebelde, leal, popular, antisistema y argentino hasta la médula, Diego le puso fin a su maravillosa historia hoy, 25 de noviembre, mismo día que se despidió su amigo Fidel Castro. Su leyenda vivirá por siempre en los corazones "albicelestes" a través de todas las generaciones.