El oficialismo de San Isidro, facilitó esta tarde la aprobación de la Rendición de Cuentas del ejercicio 2023, los números que reflejan el último año de la gestión a cargo de Gustavo Posse. Este acompañamiento de los concejales de la alianza que hoy gobierna San Isidro se da en el marco de un acuerdo político entre la gestión entrante y saliente, pero se contrapone fuertemente con recientes críticas públicas y hasta denuncias penales que Ramón Lanús y sus funcionarios vienen realizando a la gestión que los precedió y que estuvo al frente de la comuna desde la vuelta de la democracia.
La aprobación contó con los votos positivos de los 8 concejales que responden al ex intendente, las 2 concejalas del PRO, y el concejal Guido Alvarado, hombre de Ramón Lanús en el legislativo. Y al no tener mayoría, fue vital para la aprobación la decisión de abstenerse del bloque vecinalista de Convocación, hoy parte del oficialismo local.
La concejal de La Libertad Avanza, María Feldtman, justificó su voto en diversas críticas que vino realizando a la gestión Posse. "Las cuentas cierran pero los vecinos que cada vez pagamos más no nos cierran" afirmó y marcó el rechazo de su bloque a la Rendición de Cuentas, aunque inmediatamente después, Alfredo Montes del mismo espacio solicitó abstenerse.
El doble estándar entre las denuncias públicas y el acompañamiento en el legislativo fue objeto de la crítica de la oposición. Particularmente el concejal del massismo, Federico Meca recordó varias de la afirmaciones que realizó Ramón Lanús en su discurso de apertura de sesiones, criticando el estado de las cuentas públicas recibidas y sugiriendo la existencia de sobreprecios en las compras. "Quien se abstenga o vote a favor, va a ser cómplice de todo esto" señaló.
Marcos Díaz, otro referente del interbloque peronista, puntualizó sobre distintas partidas marcando que hay "una innumerable cantidad de movimientos, de quitas, modificaciones en ítems particulares" considerando que la diferencia entre lo presupuestado y lo ejecutado no tenía justificación.
El concejal Guido Alvarado, única mano propia del intendente en el recinto, no esquivó a los señalamientos de la oposición y acentuó que "la gestión entrante y la saliente somos del mismo signo político, competimos dentro del mismo signo político " y sin otra justificación anticipó su voto positivo a la Rendición de Cuentas.
La concejal Gabriela Martínez del PRO, que conformaba el interbloque que acompañó la gestión de Gustavo Posse, remarcó la políticas de fomento al trabajo llevadas adelante desde el municipio en los últimos años, y señaló justificando su voto positivo que "hay mucho hecho y más por hacer, esperemos que se pueda continuar".
Catalina Riganti de Convocación recordó el compromiso de su espacio con una gestión trasparente, como también la confianza y acompañamiento al actual intendente. Pero resaltando que "lo presentado cumple con los requisitos técnicos pero resulta insuficiente de acuerdo a la calidad de servicios y respuestas que los sanisidrenses merecen" solicitó permiso para que el bloque vecinalista se abstenga, omitiendo explicar por qué el espacio abandonó su histórica política de rechazo a las Rendiciones de Cuentas de la gestión Posse.
Por su parte, el possista Walter Pérez, expresó su orgullo por haber sido parte de la gestión que gobernó San Isidro hasta diciembre, presentó números que rechazaban las afirmaciones del actual intendente sobre una herencia comprometida a nivel fiscal, asegurando que "se dejaron las cuentas en orden y los insumos necesarios para la nueva gestión".
La Rendición de Cuentas se aprobó con 11 votos positivos (8 del possismo, 2 PRO y Alvarado), 8 votos negativos (6 peronismo y 2 de LLA), y 5 abstenciones (4 Convocación y 1 de LLA).