Vecinos y damnificados en la última cesión del Concejo. |
Inmediatamente después de la aprobación unánime del pedido de informe sobre la situación en 33 Orientales y el Río, el tema parece ir más allá de la incautación de los botes de vecinos (ver "Robo de botes y denuncia al Náutico de San Isido"), la discusión por el futuro de toda esa zona costera está por comenzar.
Por Matías Suárez
El pedido de informe presentado por el concejal Marcos Hilding Ohlsson y argumentado por su par Pablo Chamatrópulos, fue acompañado por la totalidad del cuerpo legislativo. Varios concejales tuvieron la oportunidad de conversar con los vecinos directamente afectados para interiorizarse de lo que había ocurrido.
En su exposición el concejal Chamatrópulos explicitó: “La situación puede presumir un conflicto de intereses entre distintos vecinos”. Esto puede empezar a lucidar las razones que expliquen las motivaciones que llevaron a la remoción de los botes.
Por otra parte, el edil de Agrupación Ciudadana remarcó las dificultades que tuvieron los vecinos afectados cuando intentaron realizar la denuncias correspondientes, “lo cierto es que la actitud de los organismos públicos fue distinta cuando fue un abogado que los representaba, que cuando fueron solos”.
De la misma forma, el abogado que intervino a favor de los vecinos afectados, Luis Sprovieri, confirmó que la denuncia fue radicada ante la Prefectura de San Isidro, bajo la intervención del fiscal del distrito, Gastón Larramendi, que tendrá a su cargo la investigación del delito de “abuso de autoridad”.
Al obtener un resultado positivo de la votación, los vecinos afectados que estuvieron presentes en el recinto, manifestaron que “no hay información de los botes, de lo que quieren hacer, la mayoría de esta gente tiene 20 o 30 años en el lugar, y nadie sabe que pasa, ni porque”.
Visiblemente consternados, al salir del recinto aseguraron: “En principio es positivo, es bueno que se presten al diálogo, pero esto lo están haciendo porque ellos están en falta. A nosotros nos atropellaron, no hubo ninguna clase de aviso a ningún vecino ni frentista. Nos criamos en el río, llevamos a nuestros hijos y nietos a pescar, y lo queremos seguir haciendo”
Por su parte, la concejal Ester Fandiño (Unidos por San Isidro) también se sumó al requerimiento de información sobre lo sucedido, pero fue más allá de este caso, y afirmó: “el tema de fondo es el proyecto que hay para el embellecimiento o el tratamiento urbanístico de 33 Orientales. La discusión que creo que puede llegar a buen termino, en el proyecto de la Federación de Clubes Náuticos, es que se embellezca el lugar, se de seguridad, pero que también se deje abierto un acceso al río a todos los vecinos de San Isidro”.
El posible conflicto de intereses entre vecinos, esgrimidos en los argumentos del pedido de informe, fue claramente sostenido por el jefe de la bancada possista, Carlos Castellano. Consultado por Que Pasa San Isidro sobre esta situación, el edil sostuvo: “los espejos de agua si son usufructuados por un particular, así sea un bote o una embarcación de bajo valor económico, tiene que ser un uso muy racional, porque sino lo que está haciendo es usufructuar un espacio que es del resto de los sanisidrenses”.
La situación irregular se da en este marco, un pedido de informe aprobado por unanimidad por el Concejo Deliberante, una discusión pendiente sobre la reestructuración de la costa sanisidrense, y quizás lo más importante e inmediato, que la situación de remoción de los botes aún no fue aclarada.