El jueves pasado se estrenó la ópera prima de Agustina Macri (la hija del presidente) protagonizada por Vera Spinetta (la hija del flaco). Ante todo, debo decir que ambas demuestran en Soledad que no son portadoras de apellido y se lucen en sus tareas.
Vera sorprende con una interpretación de muchos matices, que se materializa en una transformación física hacia la mitad del film. En cuanto a la dirección, la fotografía en clave baja, con un importante predominio de negros y sombras, sumado al movimiento continuo de la cámara, construyen una puesta en escena intimista, cercana al documental.
La historia está basada en la vida de María Soledad Rosas, la joven argentina ícono del movimiento anarquista italiano durante los años 90. Sole llega a Italia escapando del mandato familiar y comienza a interactuar con un grupo de jóvenes okupas dedicados a vivir al margen de un sistema que consideran injusto. En este viaje iniciático, Sole encontrará la libertad, su identidad y el amor.
A través del montaje paralelo se vinculan dos espacio-tiempo diferentes: un Buenos Aires donde predomina la abulia e incertidumbre y una Italia que es testigo de un romance en medio del movimiento rebelde. Esta última trama resulta lo más logrado del film, cuyo clímax con Matador de los Cadillacs, himno de la revolución si los hay, dan ganas de ponerse a saltar en la butaca.
[vc_custom_heading text="VOY: para ver una película con identidad." font_container="tag:h2|font_size:20|text_align:left|color:%233bba18|line_height:1" css_animation="bounceInRight"][vc_custom_heading text="NO VOY: si no me gustan las películas biográficas." font_container="tag:h2|font_size:20|text_align:left|color:%23b72424|line_height:1" css_animation="bounceInLeft"]