Tigre empató con Vélez en Liniers

El Matador lo perdía 2 a 0 y en apenas 6 minutos logró igualarlo. Se vio un equipo distinto en el segundo tiempo, que invita a pensar que hay con qué.

Tigre igualó 2 a 2 con Vélez en Liniers, en un partido que dejó varias cosas positivas para los de Victoria. Lo perdían 2 a 0 y lograron empatarlo, dando muestra de actitud. Además, marcó su primer gol en la Copa de la Liga y mostró una buena cara en el segundo tiempo.

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Con dos cambios con respecto al equipo que jugó ante Chacarita (Garay y Forclaz adentro), Tigre arrancó una vez más dormido y con errores por doquier. Dubitativo y sin circuito de juego ofensivo. Ya a los 12', el Fortín se había puesto en ventaja con todas las facilidades.

Toqueteó de un lado a otro, Adorno habilitó a todos y dejó que Pizzini definiera tranquilo en el área. Salvo por algún intento de arrebato de Esquivel, Tigre no tenía nada de peso arriba. Para colmo, al rato llegó otro horror defensivo que Romero aprovechó para el 2-0. El Matador estaba vencido en el campo de juego.

Futbolísticamente Tigre no estaba en partido. No había tres pases seguidos ni juego colectivo, tampoco rebeldía. Solo tenía chances de descontar si Vélez arriesgaba de más en salida y perdía alguna pelota, sino era la nada misma. Vélez siguió acelerando y podría haberse ido al descanso goleando.

Increíblemente, Tigre salió hecho una tromba al segundo tiempo y lo empató en 6 minutos. Aprovechó una siesta de Vélez para ponerse en partido cuando parecía muerto: zurdazo de Ortega al ángulo para el descuento y después definición de Forclaz para los dos primeros goles de Tigre en el torneo.

Gorosito movió el banco de manera inteligente: adentro Rodríguez de cinco y Londoño de nueve por Flores y Adorno (pasó Cardozo a la zaga central). Y a los pocos minutos triple cambio: adentro Galván, Maroni y Medina para tener la pelota y salir de contragolpe.

El Matador cambió completamente la imagen y estaba muy metido. Vélez acechaba pero el Matador respondía, primero con un remate de Galván y después una tijera de Londoño que era para cerrar el estadio. Faltando 15, estaba para cualquiera el partido.

En el último minuto Tigre había logrado la victoria agónica y tan esperada con un zurdazo de Galván al segundo palo. Lamentablemente, el VAR lo anuló por offside y quedó el grito atragantado. Tigre levantó mucho su nivel, sumó un punto, cortó la racha de derrotas y logró tomar un poco de aire para respirar. Todavía no alcanza, pero mejoró.