El inicio del partido en Victoria fue muy parejo. La primera jugada de peligro fue a los 6' con un disparo de Lomónaco que pegó en el costado de la red tras un lateral mal jugado por Prieto. Después de eso, Tigre empezó a manejar la pelota en salida, moviéndola de lado a lado con los típicos cambios de frente, y a imponerse en el campo, aunque sin ser incisivo en ataque con algún desmarque o diagonal de los delanteros, que poco aparecieron.
Para los 30', salvo un cabezazo de Demartini controlado por el arquero Medina, el trámite se hizo nuevamente disputado, de a ratos muy chato, con pocas emociones y nulas jugadas de peligro. Arsenal apostaba a algún contragolpe o pelota larga para Colmán a espaldas de los centrales mientras que el Matador no encontró juego en el medio (muy bajos Castro y Zabala) e intentó lastimar con desbordes de Prieto por izquierda y algún centro venenoso.
La defensa del Arse controló bien a Protti y Magnín, pese a que el 7 se las ingenió para pivotear, descargar y hacer que el equipo tenga algo de fluidez. La mayoría de los ataques terminaron diluyéndose por alguna imprecisión y pasó poco y nada en Victoria en la primera parte.
Para el segundo tiempo la tendencia fue la misma: Arsenal replegado, resignando completamente el ataque, y Tigre con la clara intención de ir a buscar el gol. El Matador no tuvo la claridad de siempre pero para los 20' del complemento ya merecía ponerse en ventaja y empezó a inclinar la cancha. Protti se transformó en la bandera del ataque, fue el más movedizo y tuvo tres chances clarísinas que de milagro no fueron gol: un zurdazo bajo que se fue besando el palo, un mano a mano que le punteó el arquero Medina y una palomita que también rozó el poste.
Los de Martínez siguieron atacando con una intensidad alta pero con el correr de los minutos empezaron a alejarse del arco rival y perdieron la poca claridad que habían mostrado en el arranque de la primera parte. Prieto y Blondel estuvieron bastante erráticos a la hora de participar en los ataques y eso influyó en la terminación de las jugadas. En busca de cambiar la ecuación, el DT mandó a la cancha a Obando, Colidio (entró bien, activo y moviéndose por todo el frente) y Menossi por Castro, Zabala y Equi Fernández.
Arsenal se dedicó a hacer tiempo (aunque lo pudo haber ganado por equivocaciones en el fondo Matador) y jugó con el reloj y la desesperación de Tigre. El Matador se se fue apagando, cayó en el nerviosismo y la desesperación de los pelotazos largos y no volvió a inquietar ni siquiera con centros.
Con este empate, Tigre llegó a 20 puntos y quedó tercero, pero si Aldosivi le gana a Huracán esta noche volverá a quedar cuarto. De vencer a Vélez la próxima fecha en Liniers, los de Martínez clasificarán a cuartos de final.