Tigre señalizará la “Esquina de la Memoria” en homenaje al Padre Pancho Soares

Será el próximo sábado 13 de febrero y continuará con una misa conmemorativa en la Parroquia Nuestra Señora de Carupá. Participarán organismos de derechos humanos, sociales y funcionarios municipales.

Pancho Soares Tigre

Este sábado 13 de febrero, a partir de las 18 horas, el Municipio Tigre realizará el acto de señalización de la “Esquina de la Memoria” en la calle Larrea al 500 del centro de la ciudad, en alusión al asesinato del Padre Pancho Soares. Luego, se llevará una misa en la Parroquia Nuestra Señora de Carupá.

Pancho Soares, asesinado por el Terrorismo de Estado de 1976, era militante peronista, miembro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y conservaba un rol destacado por su apoyo activo a los humildes y a la clase trabajadora.

La señalización es parte del programa “Esquinas de la Memoria”, creado mediante una ordenanza en el Honorable Concejo Deliberante. Tiene como objetivo visibilizar el Terrorismo de Estado, homenajeando a los vecinos tigrenses que fueron víctimas de la última dictadura cívico-militar.

La vida y obra de Pancho Soares

Soares, que nació en San Pablo, Brasil, el 27 de mayo del 1921, hizo los votos perpetuos en la Congregación de los Asuncionistas en Francia, y volvió a América en 1945, precisamente a Argentina, donde terminó sus estudios teológicos y el 8 de julio de ese año se ordenó sacerdote.

Tras un breve paso por Francia y luego por Chile, Soares comenzó a abrigar el sueño de vivir en un barrio pobre para comenzar una “misión obrera”.

En 1963 pasó a formar parte del Obispado de San Isidro, para dedicar su vida y su ministerio a los pobres en San Fernando y Tigre, donde terminó viviendo en una casilla de madera al lado de una capilla.

Su sueño era estar entre los pobres y por ese motivo se dedicó a realizar trabajos de zapatero, se empleó en comercios, hizo traducciones al francés y más tarde se unió a la cooperativa de mosaicos Juan XXIII, en la cual llegaron a trabajar unas 30 personas.

Como sacerdote firmó la carta adhesión que realizaron curas argentinos al “Manifiesto de los 18 obispos del Tercer Mundo”, escrito que dio origen al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en Argentina. Su compromiso político lo llevó a estar cerca de jóvenes de la Juventud Peronista y de delegados navales de los astilleros Astarsa y Mestrina.

A pesar de provenir de una orden contemplativa, denunció penalmente los secuestros y apremios ilegales que sufrían los obreros.

El 8 de febrero de 1976, el sacerdote rezó el responso por dos obreros de su comunidad que fueron hallados en un descampado de Moreno, y cinco días después, en la madrugada del 13 de febrero lo mataron e hirieron a su hermano, quien murió el 1 de mayo de ese año.