Viene de noche es una película de terror psicológico. Se trata de esas historias en las que la amenaza se mantiene fuera de campo y nunca se sabe cuándo puede hacerse visible para hacer saltar al espectador de la butaca.
El planteo es bueno: hay una especie de virus que ha provocado el contagio masivo y millones de muertos en la sociedad. Pero eso no es tanto lo que le interesa al autor. Mientras el apocalipsis ha comenzado para la humanidad, el relato se centra en los padecimientos de una familia que vive aislada.
El escenario también es acertado: una casa que han encontrado abandonada en el medio del bosque. Allí se instalan Paul (Joel Edgerton) con su mujer y su hijo de 17 años. Debido a las circunstancias se ven obligados a convivir con la familia de Will. Ellos parecen buena gente, pero nunca se sabe en quién se puede confiar si la vida propia y la de los seres queridos están en juego.
Interesante manejo del suspense en un clima enrarecido, no tan explorado en el género de terror. El final será duro para los idealistas que aún confían en la humanidad.
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