Desde su llegada a la Argentina y posterior profesionalización, no son demasiados los equipos que lograron alzarse con un campeonato de fútbol local de la Primera División, aún más si no se trata de los denominados “5 grandes”. Pero Chacarita lo hizo, y no en una época `cualquiera´.
Chacarita salió campeón del Campeonato Metropolitano 1969 precisamente un día como hoy, en tiempos de pleno apogeo de Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo, lo que le brinda todavía un valor agregado a ese título obtenido por el Funebrero, que se sumaba por aquel entonces a Estudiantes de La Plata y Vélez Sarfield como los únicos equipos “no grandes” en haberse coronado.
Pero pese a la supremacía de los grandes por sobre el resto, el trofeo que Chacarita alzó el 6 de julio de 1969 goleando a River en el mítico Cilindro de Avellaneda para nada fue una casualidad. Tenía con qué, tenía plantel, tenía equipo y, por sobre todas las cosas, tenía hambre de gloria.
Tenía hambre de gloria porque también supo sufrir, ya que dos años antes, en 1967, estuvo al borde de perder la categoría en un histórico partido en Villa Crespo ante su acérrimo rival, Atlanta, a quien luego de ir 2 a 0 abajo, despachó 3 a 2 en tiempo de descuento consiguiendo así una milagrosa salvación.
Petrocelli, Bargas, Frassoldatti, Marcos, Orife y Neumann son sólo algunos de los protagonistas que se encargaron de llevar al Tricolor de San Martín a, hasta la fecha, el único título cosechado en el certamen grande del país.
Culminó en el segundo lugar en su zona con 30 unidades, detrás de Boca, con el mismo puntaje pero este con mayor diferencia de gol. Así accedió a la semifinal, en la que le tocó cruzarse con Racing, primero en el otro grupo.
El match se desarrolló en la Bombonera y Chaca, a falta de 7´ para el cierre, golpeó a través de Recúpero, quedando así a 90 minutos de la gloria que parecía inalcanzable pero que ya estaba a la vuelta de la esquina.
Precisamente estaba en Avellaneda, en el Cilindro, bajo un marco de 64.000 espectadores. El rival, como todos ya sabemos fue el Millonario, que venía de dejar eliminado al Xeneize. Debía vencerlo al menos por dos goles el Funebrero, pero no se conformó con dos, fueron tres, más allá de haber comenzado perdiendo.
Neumann (x2), Marcos y Frassoldatti resultaron los encargados de decorar una épica goleada por 4 a 1 frente a River (los protagonistas sostienen que incluso podrían haber sido más) y, en efecto, desatar el interminable festejo en todo San Martín y alrededores, que hoy, a 52 años del hito, grita “Yo soy campeón”.
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