Bosque Alegre: a un año de la jornada triste

Bosque Alegre

Por Ariel Gómez Barbalace

El 12 de abril del 2012 San Isidro fue noticia en los medios nacionales porque un grupo de vecinos realizaban un cordón impidiendo que una cuadrilla del municipio avanzara sobre un bosque ribereño. Más de 40 patrulleros, patotas municipales, golpes, desalojo violento, detenidos.
Posse en el CASIAsí tomaba relevancia pública un conflicto existente desde hacía unos meses en nuestra ribera: en septiembre del 2011 municipio había cedido tierras públicas al Club Atlético San Isidro para la realización de canchas de rugby y se había talado la mitad de Bosque Alegre, uno de los pocos reductos de paisaje ribereño de una costa que viene sufriendo una degradación ambiental desde hace décadas.


Represión en el Bosque Alegre

Esta ya controvertida cesión de espacio público a una institución
privada se realizó al margen de toda legislación (que hubiera exigido mínimamente la realización de un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública), desconociendo el uso recreativo que ese lugar tenía para los vecinos de la zona y contrariando las recomendaciones de los ambientalistas que administraban la Reserva Municipal (los cuales fueron echados a causa de este conflicto).

Bosque Alegre: antes y después
Frente a esto, un grupo numeroso y diverso de vecinos conformaron la Asamblea Bosque Alegre, que desde fines del 2011 asumió el compromiso de defender ese lugar, defendiendo el derecho a vivir en un ambiente sano. Comenzaron a organizar visitas guiadas al bosque, festivales artísticos, mesas de difusión. Y también conformaron una mesa de diálogo con el municipio en la cual el intente Gustavo Posse se comprometió a no avanzar con las obras en la búsqueda de un acuerdo.


Anuncio del proyecto en el lugar del Bosque Alegre

El 12 de Abril del 2012, el municipio faltó a la palabra empeñada en esta mesa de diálogo y envió una cuadrilla con motosierras y desmalezadoras. Y ese triste día, después de haber terminado la obra de desmonte, la propaganda oficial anunciaba la creación de
un nuevo paisaje protegido en ese lugar y la ampliación de un campo municipal, creando un relato dónde se mostraba como protección del medio ambiente y del espacio público lo fue un desmonte de un bosque ribereño  y la cesión de tierras a un club privado.


Protestas por Bosque Alegre

Bosque Alegre se convirtió para muchos en una bandera. Una bandera que levanta la convicción de que tenemos el derecho de vivir en un ambiente sano, que no puede haber desarrollo sin atención al medio ambiente, que los gobiernos no pueden decidir de espaldas a la gente, y que la propaganda oficial no puede ocultar la verdad.