La comunidad educativa del Colegio Magno, de Pilar, realizó un encuentro esta mañana en la puerta de la institución para repudiar su cierre definitivo y lamentaron que los estudiantes están "destrozados" por la decisión "siniestra" que tomaron las autoridades, luego de que hace un mes dejaran sin vacantes a ocho alumnos con discapacidad.
Del acto, que inició pasadas las 7:30, participaron unas cien personas entre padres, alumnos, docentes y no docentes, quienes entre aplausos y abrazos se congregaron cantando "El Magno no se va".
En la puerta del colegio, ubicado en la calle Chubut al 2005 de la localidad de Villa Rosa, las familias hicieron una ronda para escuchar a las y los docentes que fueron tomando la palabra de manera espontánea entre lágrimas.
"Nos une como comunidad algo que no estaba en nuestros planes", comenzó una maestra y señaló que ahora les queda "solo agradecer por lo compartido".
Abrazados por sus padres, las chicas y chicos escuchaban atentos y sostenían en sus manos carteles de colores con inscripciones como "Magno somos todos" y "No somos un negocio".
En diálogo con Télam, el director del nivel Secundario, Darío Sosa, aseguró que "es todo muy emocionante. Soy un docente que está acá hace más de ocho años, que tuve una carrera, que empecé como profe y ahora la tarea que nos toca es la de acompañar emocionalmente a nuestros chicos".
También señaló que los docentes fueron notificados el lunes del cierre del colegio, al igual que toda la comunidad educativa, y sostuvo que ahora su trabajo es "tratar de conseguir que cada uno de nuestros chicos tenga un lugar en diferentes escuelas, que mis colegas tengan trabajo y terminar bien, que quede un buen recuerdo de este colegio".
El lunes a última hora las autoridades del colegio informaron por mail a los estudiantes el cierre de la institución "a partir de la finalización del Ciclo Lectivo 2022", dejando a unas 500 familias sin matrícula y alrededor de 100 trabajadores entre docentes, administrativos y no docentes, sin su fuente de trabajo.
"Lo que nos queda es conseguir trabajo lo más pronto posible. La escuela nos envió que nos va a indemnizar y eso es algo positivo para destacar", agregó Sosa, al tiempo que lamentó que no tuvieron "ninguna noticia" del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop).
Según argumentaron los dueños del colegio, el cierre definitivo "no tiene que ver con las numerosas dificultades que encontramos a lo largo del camino, sino con una nueva intervención de la Dirección General de Cultura y Educación, que desde hace un tiempo ha dado muestras de no acompañar nuestro plan".
Es que los dueños del Magno no solo dejaron sin matrícula a alumnos con discapacidad, sino que también desoyeron las normativas vigentes sanitarias y educativas durante la pandemia de coronavirus al abrir el colegio pese a la prohibición que regía por la situación epidemiológica ene los primeros meses del año 2021.
De las familias presentes, Florencia Wilkes, madre de dos alumnos, contó a Télam que sus hijos asistieron "toda la vida" al colegio y "amaban a todos los profesores".
"Como padres tenemos una última esperanza de que se reabra el colegio, pero no sabemos que hay detrás", aseguró la mujer y dijo que "mientras tanto tenemos que salir corriendo a resolver; estamos buscando otros colegios y tratar de que nos agarren en grupo".
En tanto Paula, otra mamá, señaló que "el primer responsable es el dueño del colegio" y apuntó que "tomó una decisión que es hasta siniestra".
"La verdad que es muy triste. A mí me duele como madre y como comunidad porque no nos sentimos cuidados por nadie", agregó la mujer y sostuvo que "los chicos están destrozados".
Entre los estudiantes con carteles donde podía leerse "Los alumnos y profesores no son solo un número", se encontraba Malena, alumna de primer año del secundario, quien aseguró: "que nos den esta noticia es bastante triste".
En diálogo con Télam, la estudiante relató que "fue como un balde de agua fría que ninguno de nosotros esperábamos. Creíamos que la decisión que había tomado el colegio iba a arreglarse o que podríamos hacer algo para que cambie".
"Venir al colegio y ver que el año que viene no vamos a estar más acá es re triste; te da mucha nostalgia y te hace acordar a momentos que pasaste en este colegio", completó la adolescente.