La situación en Corrientes continúa teniendo en vilo al país. Con alrededor del 10% de la provincia quemada, el exterminio de la flora y fauna regional y pérdidas millonarias, el fuego no da tregua.
Del otro lado de la lucha se encuentran los bomberos que sin descanso se enfrentan a las llamas, mientras ruegan a la naturaleza que lleguen las lluvias. Sin embargo, tal es la magnitud de los incendios que a pesar de que se pidieron refuerzos de Brasil, Bolivia, Tucumán, La Pampa, Mendoza, Misiones, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Jujuy, San Juan, Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Salta y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aún no logran ser sofocados.
Entre los 3500 trabajadores están los brigadistas voluntarios del norte del conurbano que actualmente se encuentran ayudando en Santo Tomé. Allí, deben trabajar protegiendo la ciudad e intentando cortar el fuego antes de que llegue a la Ruta 14 para que no afecte zonas pobladas. "En total de nuestra región salieron el jueves pasado 151 bomberos, entre ellos 50 especializados en forestales y 30 vehículos. Del partido de Escobar hay alrededor de 30 que desde que llegaron están en la línea de fuego, combatiendo directamente las llamas. Ellos vuelven el jueves y tenemos que esperar a ver si se necesita hacer un nuevo relevo", aseguró a QUE PASA Osvaldo Benigno, encargado del cuerpo de brigadistas de Escobar.
Y agregó: "Estamos en contacto todos los días porque es algo muy peligroso, no es un campo llano sino mucho monte. A través de una videollamada me mostraron que estaban protegiendo un pilar muy grande pero tienen que seguir porque si se descuidan se prende de nuevo. Es mucha la temperatura entonces cuando no se combate el fuego tienen que estar vigilando".
Por su parte, Daniel Gallego, jefe del cuerpo de Bomberos de San Isidro, cuartel del cual las dotaciones ya están regresando luego de una semana de tareas, explicó a este medio que "se enfrentan a un monstruo de fuego, no a un pasto. Apagan las llamas y abajo quedan las raíces prendidas y se vuelve a prender”.
El trabajo de los bomberos se ve dificultado por las características porosas del suelo de los Esteros del Iberá que hacen que el fuego se propague bajo tierra y vuelva a prenderse a pocos metros de donde fue extinguido si las temperaturas continúan superando en el lugar los 35 grados. Es por eso que se hace difícil combatirlos y los trabajadores sólo pueden aspirar a controlarlos hasta que aparezcan las las lluvias. Además, la falta de caminos en algunas zonas impide la llegada de camiones hidrantes.
“Estamos esperando ya que supuestamente hay pronóstico de lluvia para el día jueves. Dicen que empieza a llover y bastante, eso va a ayudar mucho pero calculo que se va tener que seguir haciendo guardia de cenizas porque puede haber algún reinicio. Nosotros volveríamos a ir en caso de que sea necesario la próxima semana para lo que tenemos cuatro unidades listas para poder ir a trabajar y tratar de contener junto a todos los cuarteles", contó Gallego.
Durante el domingo, una pequeña llovizna se produjo en la zona. Sin embargo, según informó Benigno solo llegó a "humedecer y encima cambió el viento, lo que hizo que vuelva a prenderse lo que ya estaba apagado". Para esta semana, el Servicio Meteorológico Nacional anticipó dos días seguidos de lluvias para la provincia de Corrientes. Se prevé que entre el jueves y el viernes se produzcan precipitaciones de entre 70 y 100 milímetros que se espera traigan un poco de alivio al calor, la sequía y el agua apacigüe las llamas que se estima ya arrasaron 900 mil hectáreas.
Ante la catástrofe y la resignación, hay un aspecto que da esperanza y fuerzas para que los brigadistas no bajen los brazos: la solidaridad. A través de la Casa de Corrientes, Cáritas, campañas municipales, privadas y del influencer sanisidrense Santiago Maratea, que ya logró juntar más de 150 millones, continúan llegando donaciones desde diferentes puntos del país.
"Todos los bomberos somos voluntarios, cada uno tiene su trabajo y familia que muchas veces tenemos que dejar de lado para apagar el fuego. La mayoría de los incendios forestales son provocados por el hombre por eso queremos prevención, que la gente tenga cuidado y nuestra idea en Escobar es hacer una campaña sobre eso", destacó Benigno.
En esa línea se expresó también Nicolás Verón, del cuartel de Bomberos de San Fernando, que envió tres bomberos con un camión cisterna a la zona afectada de Santo Tomé, valoró el trabajo de las personas que viajaron a Corrientes. "Entre esas personas está el encargado de la brigada forestal de San Fernando, Marcelo Mastroiani, que este martes cumplió 50 años, y los festejó haciendo lo que lo apasiona, que es trabajar en los incendios forestales", dijo.
"Estar donde nos necesitan, con el que no puede, es un valor muy importante. Somos bomberos de sangre y estar en los desastres para algunos es triste, pero para nosotros es lo mejor que nos puede pasar porque nos preparamos toda nuestra vida para asistir y ayudar. Nadie quisiera que pasen estas catástrofes. Son jornadas muy largas de trabajo, desde las 7 hasta las 23 horas", manifestó y valoró que "en Argentina el 70% de los bomberos somos voluntarios, lo hacemos sin intereses, por el compromiso de ayudar, hay una hermandad que se sostiene y se comparte".