La tarde del martes 18 de julio se llevó a cabo una marcha en reclamo de justicia por la muerte de Rodrigo Correa, el chico de 14 años que murió por un disparo en la nuca del policía Hugo Daniel Pons, en la localidad de Billinghurst.
Frente a la casa en la que vivía Correa, sus familiares, amigos y vecinos se concentraron y caminaron hasta la Comisaría 5ta de San Martín. "Él no tenía mala junta, iba y venía un ratito, enseguida se acostaba a dormir, no salía a ningún lado, ni siquiera un palo tenía en la cintura, nada", señaló Irma Mansilla, mamá de Correa. Julio, su padre, marchó con un cartel que llevaba la foto de su hijo y la frase “Asesino”. En un clima de desesperación y bronca, algunos de los presentes quemaron gomas y atacaron los vehículos secuestrados que estaban en la puerta.

Luego, se dirigieron a la casa de la novia del policía, donde también quemaron gomas. En la puerta de la vivienda la policía realizó un cordón con miembros del grupo de apoyo (GAP).
Mientras tanto, se investigan los dos supuestos del hecho: el agente demorado por el hecho alega que se defendió de un robo, y los padres del adolescente hablan de gatillo fácil.