¿Por qué no frenó el avión? ¿El operativo después del accidente fue el correcto?: la investigación de la justicia tras la tragedia en San Fernando

La principal hipótesis que maneja la justicia, las posibles fallas en el accionar posterior al accidente y una maniobra de los pilotos antes de estrellarse que evitó una tragedia mayor.

La investigación del accidente aéreo ocurrido en San Fernando, donde un avión Challenger 300 despistó y colisionó contra una casa, dejando como saldo la trágica muerte de los pilotos Martín Fernández Loza y Agustín Orforte, avanza bajo secreto de sumario. Encabezada por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, la causa explora varias hipótesis que podrían implicar responsabilidades directas de la ANAC (Autoridad Nacional de Aviación Civil), dependiente de la Secretaría de Transporte liderada por Franco Mogetta.

Además de la causa judicial, la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) inició su propia investigación, tal como lo establece el protocolo en accidentes de transporte. Su rol, sin embargo, no es identificar culpables, sino determinar las causas del siniestro. En este contexto surge la primera controversia: el actual titular de la JST, Federico Suleta, asumió el cargo el pasado 11 de noviembre, pero previamente se desempeñó como jefe de Gabinete de la ANAC, el organismo que ahora debe ser investigado.

Según lo expresado por fuente con acceso al expediente a Infobae, esta situación genera cuestionamientos sobre la independencia del proceso, ya que Suleta "estaría de los dos lados del mostrador". Aunque esta dualidad no constituye un delito, contradice las recomendaciones internacionales de la Convención de Chicago, que establece la necesidad de total independencia en las juntas investigadoras para este tipo de casos.

La atención también se centra en las acciones de los bomberos dependientes de la ANAC que se encontraban en el aeropuerto, cuyo desempeño está bajo escrutinio. Aunque las normas internacionales indican que los rescatistas deben llegar al lugar del siniestro en menos de tres minutos, el tiempo de respuesta registrado en este caso podría exceder ese límite. Además, se evalúa la densidad y calidad de la espuma utilizada para controlar el incendio, la cual debe cumplir estándares específicos para ser efectiva. Estas fallas operativas, de confirmarse, no solo afectarían la reputación de la ANAC, sino que podrían derivar en responsabilidades penales.

En paralelo, testimonios de vecinos como Narcisa, la dueña de la casa impactada, agregan un elemento humano y doloroso al caso. Según relató a TN, los pilotos pidieron auxilio mientras el avión comenzaba a incendiarse lentamente. "Pedían que los saquen, que los ayuden, pero nadie se acercó", afirmó. Estas declaraciones podrían ser claves para establecer si existieron demoras evitables en la respuesta de la llegada de bomberos de la ANAC al lugar.

Más allá de estos primeros cuestionamientos a la ANAC, las pericias continúan y aún no hay certezas que permitan determinar lo ocurrido con el avión. Esta situación podría comenzar a aclararse a partir de los estudios de las dos cajas negras del avión, proceso que llevará adelante la jueza Arroyo Salgado para conocer las causas. Eso permitirá establecer las voces de la cabina y los datos del sistema, como la velocidad a la que iba el avión o la del viento en ese momento. También se investigan las condiciones del avión y las licencias de los pilotos.

Una hipótesis que maneja la justicia es que falló uno de los reversores, lo que en la turbina invierte el flujo del aire y ayuda a frenar, y por eso la nave se inclinó para un costado.

La respuesta de la ANAC

Frente a las acusaciones de irregularidades en el operativo de emergencia, la ANAC emitió un comunicado donde defendió su accionar. Según la autoridad, se activó el Plan de Emergencia del Aeródromo con "capacidad y equipos adecuados". Detallaron que el Servicio de Extinción de Incendios contaba con 5.400 litros de agua, 700 litros de espuma AFFF al 6% y herramientas especializadas.

Desde el organismo aseguraron además que las condiciones del accidente, dado que el avión terminó fuera de los límites del aeródromo, complicaron la respuesta, aunque reafirmaron que el servicio acudió de inmediato.

"La ANAC pone a disposición de la investigación todas las pruebas necesarias para que se investigue lo sucedido", expresaron en el comunicado.

Una maniobra que evitó una tragedia mayor

En el desenlace del accidente, los pilotos realizaron una maniobra que pudo evitar mayores daños. Durante el derrape, el avión logró no atravesar las cuadras con viviendas densamente habitadas, impactando finalmente contra una casa en la intersección de José Terry y Charlín. Aunque golpeó algunas construcciones, ninguna fue destruida por completo, y no hubo víctimas fatales entre los vecinos.

Según testigos, un árbol frenó parcialmente la velocidad del avión en el tramo final. Pero lo principal es la decisión de los tripulantes de apuntar el avión hacia una dirección distinta a la que indicaba la continuidad de la pista del aeropuerto de San Fernando.

De no haberla tomado, la aeronave hubiera cruzado el cerco perimetral a la altura del barrio Aviación donde se encuentra la mayor cantidad de casas, lo cual podría haber derivado en heridos o, incluso, en más fallecimientos.