Dos bisabuelos de Vicente López crean juguetes para los chicos más necesitados

Rita y Víctor reutilizan materiales y fabrican autitos, títeres y muñecas para escuelas y comedores sociales. Aquí, un proyecto que tiene como mayor ambición, lograr que cada niño tenga con qué jugar.

Foto: Ignacio Alonso

Vecinos del barrio de Florida, Víctor Bardeci (82) y Rita Merlo (84), hacen de su hogar, un taller de producción diaria de juguetes para los niños que menos tienen. Ambos usan lanas, maderas y pinturas que reciben por parte de amistades y organizaciones que conocen de su labor, y que reciclan para poner en práctica invenciones de autoria personal, como autos y aviones de madera, títeres de animales y coquetas muñecas de tela, que se convierten en las adquisiciones más preciadas por las niñas.

Al visitar los comedores de la zona, observé que los chicos no tenían juguetes y eso me llevó a pensar que podía hacer por ellos.

El inicio de este proyecto nació en 2009 mediante la participación de Rita y Víctor en el Banco de Alimentos, fundación en la que se desempeñan como voluntarios, clasificando y fraccionando donaciones que van dirigidas a más de 800 comedores del Gran Buenos Aires.

Víctor, arquitecto retirado, decidió postularse como visitador de estos espacios comunitarios y la realidad con la cual se enfrentó lo marcó de cerca: "Al visitar los comedores de la zona, observé que los chicos no tenían juguetes y eso me llevó a pensar que podía hacer por ellos", admite.

"Acá se hace todo": sumergido en el taller que montó en el garaje de su casa, Víctor se puso a trabajar convencido de que la solución estaba en sus manos. Con la sencillez que lo caracteriza, rápidamente comenzó a fabricar autitos, piezas de dominó y rompecabezas de madera.

Foto: Ignacio Alonso

Dice ser amigo de Internet, herramienta que utiliza constantemente para buscar nuevos modelos de juguetes que puedan servirle tanto a él como a Rita, quien se convierte en la pieza fundamental para todas las chicas.

Ella lo acompaña, codo a codo, tejiendo y cosiendo muñecas de tela y delicados títeres de animales para llevar en las manos o en los dedos. "Todo lo que se les da a los niños, va cerrado en una bolsita, para que cada uno sienta que ése juguete es suyo, que le pertenece", afirma con una sonrisa.

Los dos recuerdan aquel día cuando asistieron a un comedor en Villa Martelli, con el fin de entregar los juguetes que habían hecho hasta el momento. "En esa oportunidad, el encargado del lugar aprovechó nuestra presencia y nos presentó delante de todos los chicos que venían recibiendo nuestras ‘cositas’, y ellos, sin que nadie les diga nada, se levantaron de sus sillas y comenzaron a aplaudirnos, fue algo muy emocionante", aseguran.

Incentivado por el reconocimiento de niños y adultos, Víctor se animó y formó UPA (Unidos Para Ayudar), una organización sin fines de lucro que él mismo dirige, utilizando su cuenta en Facebook para difundir el proyecto y estar en contacto con las asociaciones más carenciadas: en 9 años, entregaron cerca de 9 mil juguetes a personas necesitadas.

A través del trabajo en conjunto con fundaciones, comedores y parroquias de la zona, los juguetes de Rita y Víctor llegan a las manos de miles de niños que, tal vez, nunca los conozcan en persona, pero seguramente sonrían en cada oportunidad que están en contacto con las creaciones que, algún día, los bisabuelos hicieron para ellos. Así es como las muñecas de Rita conocieron Mozambique, por medio de un pastor amigo, que se llevó consigo una caja entera hasta el continente africano. Rita sostiene que aún no puede creer lo que sucedió: "Me llegó una foto de las negritas que abrazaban contentas mis muñecas, todas con una sonrisa y con esos ojazos que las caracterizan".

La sensación del plástico, es una sensación fría, los juguetes deben tener eso que atrae a uno.

Revolución del juguete

Con el correr del tiempo, los juguetes como tales, han ido transformándose, incluyendo mayores características hasta adoptar cada uno, una en especial, dotándose de particularidades distintivas que acaparan la atención de los más chicos. Cada vez con más luces y sonidos, los juguetes son fabricados al por mayor adquiriendo finalidades de todo tipo, porque algún fabricante de peso diría por ahí que “las necesidades de hoy, no son las mismas que las de antes”.

Ante esto, Víctor explica: "La sensación del plástico, es una sensación fría, los juguetes deben tener eso que atrae a uno. Es lógico que el niño con solo tocar un botón ya tenga todo al alcance, no me parece mal, pero ese juguete no le permite que ponga en práctica la imaginación".

Un juguete es la alegría del niño.

Rita se convence de que "hacen falta más juguetes" y que la labor que realiza, no lo toma como tal, sino que entiende que lo que hace en su casa, permite que muchos chicos "sonrían aunque sea por un rato".

La pareja de bisabuelos ya trabaja para el próximo Día del Niño, armando, cortando y dándole vida a sus juguetes para que en esa fecha a ninguno le falte, porque como dice Rita "un juguete es la alegría del niño".

Para ponerse en contacto y/o colaborar, hacerlo a unidos.para.ayudar.upa@gmail.com o vía Facebook en UPA - Unidos Para Ayudar.

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Fuente: Ignacio Alonso para QuePasa