San Isidro: cayó el jefe de una banda que realizaba robos millonarios e invertía ese dinero en propiedades

El sujeto tenía un ambicioso proyecto inmobiliario. Cada vivienda que adquiría la demolía y la reconstruía. Lo atraparon en Tigre.

patrullero
Foto: Archivo

"Aspiro para este año que mi sueldo sea de más de 1.000.000 de pesos por mes", escribió un hombre en su cuaderno personal pocas horas después de levantar la copa y brindar con los suyos la llegada del 2023. Hasta ahí, nada raro. Quién no pretende tener una mejor calidad de vida y proponerse objetivos. Pero este muchacho no se refería al salario de un empleo legal, ya que los ingresos que percibía devenían de robos en lujosas casas de San Isidro.

Integraba una peligrosa banda que entre febrero y mayo recaudó 123.500 dólares, 6.000 euros, $1.355.000, monedas de oro valuadas en más de un millón de dólares y hasta relojes de primeras marcas y joyas. La plata obtenida la utilizaba para la construcción de viviendas, la compra de autos y en préstamos usureros. Lo hizo hasta este último domingo, cuando la policía lo detuvo después de una larga persecución en Tigre.

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El sujeto, de 35 años de edad, sería el jefe y coordinador de la organización criminal de la que también participaba un cómplice, quien fue aprehendido en mayo pasado. Ahora, con la captura del presunto líder, la banda habría sido desbaratada por completo.

Fuentes judiciales indicaron a La Nación que el detenido es un delincuente con antecedentes por robos y devenido en empresario. Con la parte de dinero que recibía por los atracos, compraba propiedades en barrios carenciados, las refaccionaba y luego las ponía en alquiler. También, adquiría autos y se transformó en prestamista a tasas usureras.

La investigación que permitió desbaratar a la organización criminal estuvo dirigida por Patricio Ferrari, uno de los dos fiscales generales adjuntos de San Isidro, con la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro de la policía bonaerense. En el expediente interviene la jueza de Garantías Andrea Rodríguez Mentasty.

Todas las propiedades que el sujeto había adquirido en base al dinero recaudado en los asaltos fueron allanadas. Las fuentes judiciales señalaron que con los vehículos que compraba, lo que hacía era trabajar con choferes para una aplicación móvil.

La detención de este individuo comenzó a gestarse una vez capturado su cómplice. En ese momento, decidió cambiar su teléfono celular y dejó de usar los autos que solía conducir. También cambió de paradero, ya que empezó a ocultarse en una casa quinta de la localidad de Tortuguitas, en Malvinas Argentinas.

De esa vivienda él salió este domingo para saludar a su hija que cumplía años en Don Torcuato, Tigre. El festejo para la niña lo preparó en una obra en construcción, un edificio de tres pisos que llevaba a cabo con la plata proveniente de los millonarios robos. Por esa zona lo esperaba la policía. El hombre lo advirtió, intentó escapar, pero terminó apresado luego de una larga persecución que incluyó un tiroteo.

Durante los procedimientos que tuvieron lugar ese mismo día, los uniformados intervinientes secuestraron: un Peugeot 308, un Fiat Punto, un Ford Focus, un Ford Fiesta Kinectik y un Citroën C4. En ese sentido, una fuente cercana al caso confirmó a La Nación que todos esos vehículos resultaron adquiridos después de los hurtos investigados.

La detención fue posible a raíz del análisis de la información obtenida en los celulares incautados en mayo pasado en el marco del arresto de su cómplice. Los chats de WhatsApp que ambos mantuvieron fue la clave para que las autoridades lleguen al líder, quien tenía un ambicioso proyecto inmobiliario, el cual quedó trunco con su aprehensión.

Así se cometían los robos

El modus operandi se repitió en todos los robos: los ladrones ingresaban en las propiedades por los fondos, después de acceder por terrenos baldíos u obras en construcción. Generalmente, se encontraban con una puerta o venta abiertas o, si era necesario, las abrían por la fuerza.

Después de irrumpir en las propiedades, los ladrones maniataban a los propietarios con precintos plásticos. Algunas víctimas fueron golpeadas con las culatas de las armas en la cabeza.

En el tercer golpe protagonizado por la banda, ocurrido el 8 de marzo pasado en una propiedad de Las Lomas, además de robar U$S20.000, 6000 euros y alhajas, los delincuentes se apoderaron de 34 monedas de oro con la leyenda ”Austria un ducado de oro -1915″. Según el expediente judicial, cada metal pesaba 3,49 gramos y tenía un valor de 45.000 dólares.

Un investigador aseguró a La Nación que "no se trataban de entraderas o escruches" sino que en cada caso "hubo una inteligencia previa". Es que los hurtos fueron concretados cuando las víctimas estaban en sus casas y eran sorprendidas cuando cenaban o descansaban. Los robos se repetían y no había pista de los delincuentes. Se sabía que los ladrones llegaban y escapaban en una camioneta Toyota SW4 negra. Pero el rastro solía perderse, generalmente, en el peaje Henry Ford del ramal Campana de la autopista Panamericana.

“El conductor de la camioneta 4x4, que después se determinó que era el cómplice, pasaba el peaje pegado a otro auto, para evitar que las cámaras tomaran la chapa patente. Además, siempre tenía bajo los parasoles para que los rostros no quedaran registrados en las filmaciones”, explicó un investigador. El hombre detenido en mayo no lo supo en ese momento, pero una chapa patente que había robado para colocarla en la camioneta utilizada los días de los robos lo puso en mira de los investigadores.

Una patente sustraída días antes de uno de los robos en San Isidro estaba vinculada con un sticker utilizado para el pago electrónico de los peajes. Entonces, se empezó a buscar por las distintas zonas después del peaje y su rastro se perdió en Escobar hasta que se determinó que había entrado a una estación de servicio YPF de la Autopista Panamericana y Ruta 25.

“En las filmaciones se pudo observar que si bien el conductor pagaba en efectivo, le firmaba un comprobante al playero. Se trataba del voucher por la carga de puntos del programa YPF Club. En ese momento, gracias a la carga de puntos, se pudo ponerle nombre y apellido al conductor de la camioneta usada en los robos: Gastón Refatti”, explicaron las fuentes del caso.

Pero no fue el único error del cómplice. Antes de ser detenido fue filmado en una estación de servicio en una de sus camionetas 4x4 cuando colocaba un rosario en el espejo retrovisor. Ese rosario fue secuestrado por la policía cuando fue apresado y pertenecía a una de las víctimas de la banda.

Además del hombre fueron detenidos otros tres sospechosos y secuestraron siete camionetas Toyota Hilux, dos autos, una moto BMW, 11.000 dólares, 280.000 pesos, 100 euros, diez celulares, mochilas, prendas de vestir y una pistola Bersa calibre 9 milímetros.

Este lunes, la jueza Rodríguez Mentasty dictó la prisión preventiva del cómplice y de otros dos sospechosos detenidos a fines de mayo pasado, medida solicitada por el Ministerio Público Fiscal. El líder de la banda se negó a declarar cuando fue indagado por el fiscal Ferrari.