Ni la persona menos futbolera está ajena a lo que pasa en la Copa del Mundo, un fenómeno que reúne decenas de culturas y tradiciones de 32 países que comparten un mismo anhelo: alzarse con el trofeo. Claro que para esto último, hay unos que cuentan con más posibilidades que otros por el mero hecho del peso propio y la calidad de sus futbolistas. Pero de lo que no hay dudas es que los hinchas, independientemente de los resultados, están ahí, a la expectativa de todo.
Obviamente que también hay gente que lo vive más efusivamente, que fue tachando los días a medida que se acercaba el certamen y que hasta hace promesas extremas en caso de que su país salga campeón. Aunque eso es algo más bien característico de los argentinos, que aún perdiendo increíblemente frente a la humilde Arabia Saudita mantienen vivas las ilusiones de que el equipo tuerza la situación y se encamine hacia la instancia final.
Es así, Argentina tiene un público particular. El ejemplo puede ser un simple grupo de amigos, compuesto por diez jóvenes, que alquilaron una vivienda durante un mes para no perderse ningún partido de la copa. El lugar queda en la localidad de Olivos, Vicente López, a pocas cuadras de la Quinta Presidencial y la denominan "La Casa del Mundial". La historia es realmente increíble: para dividirse con las tareas de la casa y que la convivencia sea llevadera, conformaron seis "ministerios".
Está el Ministerio de Economía, de Alimentación, Bebidas, Limpieza y Orden, Entretenimiento y Selección Argentina. Cada miembro tiene su deber específico. Siempre va a haber uno que se encargue de comprar las gaseosas, de preparar las comidas, de mantener en buenas condiciones el ambiente, de reunir el dinero necesario y de la diversión de la casa, como lo es una mesita de ping-pong, metegol, juegos y hasta un equipo de realidad virtual.
¿Y con el Ministerio de Selección?: “El otro día, cuando fue el partido por la mañana, el Ministerio se fue a la panadería a buscar el desayuno y preparó toda una decoración con banderas, trajo una réplica de la Copa del Mundo y puso un banner con la foto de Diego y Messi”, contó uno de los integrantes del grupo, Nicolás Lev, en diálogo con Infobae.
“Vimos absolutamente todos los partidos hasta ahora. Arrancamos a las 7 y terminamos a las 6 de la tarde. Al mediodía siempre hay una planificación de comidas y a la noche también, así que la idea siempre es la de ir, durante el día, preparando lo que ya está previamente estipulado para la semana”, agregó el joven, quien aseguró que para este sábado, cuando la Albiceleste enfrente a México, cambiarán algunas cuestiones (entiéndase cábala).
¿CÓMO ES "LA CASA DEL MUNDIAL"?
En primer lugar, y según aseguran los propios protagonistas, estos chicos se llevan de la mejor manera. Porque, como se sabe, la convivencia durante tantos días y en un grupo tan numeroso puede causar sus (lógicos) inconvenientes. Pero este no es el caso. "Somos diez amigos que nos conocemos de toda la vida desde hace mucho tiempo, tenemos una dinámica bárbara y nos llevamos espectacular", sostuvo Nicolás.
Esta curiosa idea empezó en septiembre del año pasado, apenas dos meses después de la histórica final que Argentina le ganó a Brasil en el Maracaná, por la Copa América. Tanto Nicolás como Sebastián, otro muchacho que compone la banda, se dieron cuenta que este Mundial, particularmente, caería en una época calurosa en nuestro país, en una primavera que se asemeja al verano.
Armaron un PDF, enviaron por WhatsApp las invitaciones y los demás confirmaron. Puesto el sí, faltaba los más importante: la casa. Después de siete meses de averiguaciones, por fin la encontraron, y rápidamente la bautizaron como "La Casa del Mundial", que tiene una linda pileta, parrilla, parque y una gran vista del verde de los árboles.
“Queríamos encontrar una casa que quede cerca al acceso a la ciudad de Buenos Aires porque si bien somos todos de capital, la realidad es que algunos trabajan de forma presencial y tenían que ir a su trabajo”, explicó Lev en relación a la ubicación del domicilio.