San Isidro: denunciaron por grooming al gimnasta olímpico Federico Molinari

La denuncia fue realizada por la madre de una alumna de la escuela que el deportista tiene con su espose en Martínez. A través de un comunicado, Molinari se refirió al tema y sostuvo que no emitió "mensaje alguno con contenido o sentido sexual" y que "la realidad fue tergiversada".

En las últimas horas, se conoció una denuncia por grooming contra el anillista Federico Molinari, que obtuvo un diploma olímpico en Londres 2012, que fue presentada por la madre de una alumna de su escuela en el Departamento Judicial de San Isidro.

La denuncia fue presentada en marzo pasado ante la fiscalía, pero trascendió públicamente esta semana. De acuerdo a lo que allí se manifiesta, la joven que asistía a la escuela de gimnasia que dirigen Molinari y su esposa Paula Cancio en la localidad de Martínez, comenzó a recibir mensajes "de índole sexual" desde la cuenta del gimnasta cuando tenía 15 años, en febrero de 2021.

Como medida preliminar, la Federación Bonaerense de Gimnasia resolvió suspender hasta nuevo aviso a los dos directores después de que la denuncia llegara a sus oficinas el 17 de abril mientras se defina su situación judicial, y exigió también la destitución de Molinari del cargo jerárquico que mantenía en el ente.

La madre de la adolescente narró en una entrevista televisiva las razones que la llevaron a realizar la presentación ante la Justicia. “El primer paso de todo fue que mi hija hablase con un psicólogo. Él le sugirió a ella que me contara lo que estaba pasando. Y finalmente, el psicólogo me aconsejó que hiciera la correspondiente denuncia contra el acosador”. “Dos meses atrás, fui a la fiscalía, presenté todas las pruebas y esperé a la Justicia”, dijo en las últimas horas al programa Desayuno Americano.

Después de esa aclaración, la madre dio detalles sobre cómo habrían comenzado los hechos. “Ellos siempre retomaban la actividad en los primeros días de enero, durante la pretemporada. Y en el verano de 2021, nosotros estábamos de vacaciones. Fue en ese viaje que empezó a mandarle mensajes”, contó.

“De un momento para otro, mi hija me dijo que no quería volver a la pretemporada. En ese momento le pregunté por qué, pero ella no quiso decirme. Volvió un mes después, en febrero, a las prácticas. Ni bien lo hizo, pasaron determinadas cosas y se desencadenó todo esto”, señaló.

Al tomar conocimiento de lo que ocurría, la mujer decidió hablar con Molinari. “Lo único que puedo decir es que lo hablamos y que él me pidió que su mujer no se enterara. También me prometió que iba a ofrecer todo lo que mi hija necesitara para que pudiera desarrollarse”, indicó.

Sin embargo, la madre de la adolescente le transmitió lo ocurrido a Paula Cancio, esposa de Molinari y entrenadora de su hija. “Yo la mandé los chats que su esposo tenía con mi hija. Ella sabía lo que estaba haciendo su marido y decidió callarse y no hacer nada”, expuso. La mujer aclaró que la esposa de Molinari “no está denunciada”, aunque alertó que ella “no cumplió con algunos requisitos del protocolo contra los abusos en el deporte”.

Al trascender públicamente la denuncia, Molinari y su esposa emitieron un comunicado por la situación, donde aseguraron "no haber cometido ningún delito". Además, sostuvo que el relato de la madre de la ex alumna "está repleto de inexactitudes y confusiones y que difiere en gran parte de una denuncia administrativa que ella había efectuado anteriormente ante la Federación bonaerense de gimnasia".

"Quienes me conocen saben de mi trayectoria, mi pasión por el deporte y la docencia y, especialmente, que soy incapaz de cometer cualquier tipo de abuso o exceso con un alumno", expresa el comunicado y sostiene que "la realidad ha sido tergiversada".

El comunicado completo de Federico Molinari

Escribo estas líneas acompañado de mi mujer Paula Cancio.

En primer lugar, quiero decir que en cuanto tomé conocimiento de la denuncia penal que me involucra (no así a Paula) me presenté a la Justicia con mis abogados y al día de hoy no he sido citado y continúo a disposición.

Se trata de una denuncia efectuada por una madre de una ex alumna de 16 años -que era entrenada por Paula-, por un supuesto caso de “grooming” de mi parte. Es importante aclarar que eso no implica ningún tipo de abuso ni contacto físico con la menor, sino que hace referencia a aparentes mensajes míos inapropiados. De todas formas, niego enfáticamente haber remitido mensaje alguno con contenido o sentido sexual. Siempre tuve un cordial vínculo con la alumna y los contactos que he mantenido con ella han estado destinados a acompañarla y levantarle el ánimo en momentos difíciles que ha tenido. Lamentablemente, la realidad ha sido tergiversada.

La Justicia, en la que confío plenamente, está analizando los mensajes y no dudo que se concluirá que no he cometido delito alguno.

Teniendo en cuenta que la causa ha tomado estado público y que la denunciante ha efectuado declaraciones en algunos medios de prensa, me veo en la obligación de decir que el relato de la Sra. está repleto de inexactitudes y confusiones y que difiere en gran parte de una denuncia administrativa que ella había efectuado anteriormente ante la Federación bonaerense de gimnasia -de la cual decidí dar un paso al costado provisoriamente, hasta que esto se resuelva-.

Creo muy relevante decir que, hace más de un año, cuando la madre conoció los mensajes cuestionados, la menor continuó entrenando en nuestra institución por mucho tiempo y ambas siguieron manteniendo una cordial relación conmigo, de lo cual tengo sobradas pruebas –mensajes, etc.-. Por eso tuve una enorme sorpresa cuando apareció esta denuncia penal.

Reitero que mi esposa Paula no ha sido denunciada en la causa, como inexactamente trascendió. No obstante, cierto es que la menor tuvo alguna discrepancia con ella, pero estrictamente relacionada con el entrenamiento en sí. De todas formas, la Sra. y su hija mantuvieron con Paula una correcta relación hasta que decidieron abandonar nuestra escuela.

Me veo también obligado a decir en mi defensa que la denunciante ha tenido inconvenientes en dos instituciones de gimnasia en las que su hija entrenó anteriormente. Asimismo, mientras la menor era entrenada por mi esposa y también por otro profesional se han suscitado problemas que no viene al caso mencionar, pero nosotros siempre priorizamos la salud de la alumna.

Por otra parte, quienes me conocen saben de mi trayectoria, mi pasión por el deporte y la docencia y, especialmente, que soy incapaz de cometer cualquier tipo de abuso o exceso con un alumno. He tenido más de 5.000 alumnos que han pasado por nuestra escuela –siempre con libre acceso a las clases para los padres- y jamás tuve inconveniente alguno como el que motivó esta denuncia.

Quiero agradecer muy especialmente el apoyo que he recibido en estos días de alumnos, padres, colegas, amigos, etc.

Sabrán comprender que prefiero no hablar en los medios ni dar notas. Entiendo el interés de la prensa, pero se trata de un tema delicado que involucra a una menor y que ya está en manos de mis abogados y en especial de la Justicia, cuya decisión aguardo.

Mi mujer Paula ha sido testigo presencial de muchas situaciones, conoce la realidad y me acompaña incondicionalmente.

Por ella, por mis hijos y por todos ustedes –además de por mi buen nombre y honor-, aguardo una rápida y clara resolución de la Justicia.