La tigrense y referente del Frente Renovador, Malena Galmarini, cuestionó esta tarde al secretario de Deportes y Turismo, Daniel Scioli luego de que se anunciara que su área está evaluando trasladar a los carpinchos de Nordelta hacia una isla.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Galmarini respondió al anuncio con una serie de críticas directas. “¿Recién te enteraste de los carpinchos, Nañel!? ¿No vivís en Tigre?”, escribió apuntando al exgobernador, ex candidato presidencial del peronismo y hoy funcionario del espacio libertario
“Quizás te lo contó tu hermano que anda queriendo ser concejal”, agregó Galmarini haciendo referencia a Nicolás Scioli, hermano del funcionario y uno de los posibles candidatos de La Libertad Avanza en el distrito de la zona norte del conurbano.
En el mismo mensaje, destacó que desde hace tiempo se trabaja junto a la Universidad Nacional del Delta (UNDelta) y vecinos en la búsqueda de una solución al tema, y apuntó contra la gestión de Scioli: “Vos vendiste humo 8 años como gobernador, 4 como embajador, y ahora como libertario”.
El mensaje concluyó con una definición política: “Tigre no necesita oportunistas. Necesita soluciones reales. Para los animales y para la gente”.
Una problemática sin resolver
El conflicto entre vecinos de Nordelta y los carpinchos se volvió visible a partir de la pandemia, cuando comenzaron a circular imágenes de los animales recorriendo jardines, calles y espacios comunes dentro de la urbanización. Aunque en redes sociales estas escenas ganaron popularidad, reflejan un problema más profundo relacionado con la convivencia entre urbanización y fauna silvestre.
Los carpinchos son roedores autóctonos del Delta del Paraná y habitan naturalmente los humedales sobre los que fue construido Nordelta. A pesar de la expansión urbana, los animales permanecieron en las zonas de lagunas y espacios verdes, pero su presencia en los barrios se hizo más frecuente con el tiempo. Esto generó tensiones entre quienes denuncian daños y riesgos, y quienes promueven la protección y el respeto al ecosistema.
La Secretaría de Deportes, Turismo y Ambiente —a cargo de Scioli— difundió un comunicado señalando que junto al subsecretario de Ambiente, Fernando Brom, se proponía “analizar medidas con respecto a la superpoblación de carpinchos”, entre ellas la posibilidad de relocalizarlos a las islas del Delta. La propuesta generó polémica: no existen estudios concluyentes que confirmen una “superpoblación”.
En tanto, Galmarini remarcó que desde hace tiempo se viene trabajando con la Fundación de la UNDelta —de la cual es fundadora— y vecinos del distrito para buscar soluciones. Un mes atrás, se inauguró un laboratorio de análisis urbano en Tigre orientado a planificar el crecimiento local y evaluar sus desafíos ambientales.
El gobierno bonaerense, por su parte, implementó recientemente un Plan de Manejo de Flora y Fauna que contempla la aplicación de una vacuna anticonceptiva de efecto temporal para los carpinchos, por un año. La medida, supervisada por el Conicet, fue objetada por sectores que promueven alternativas no invasivas como corredores biológicos o mejoras en la infraestructura urbana, especialmente en los bordes de lagunas.
Viejas tensiones políticas
El cruce público entre Galmarini y Scioli no es un hecho aislado. Las diferencias entre el matrimonio Massa‑Galmarini y Scioli datan de años atrás y se han expresado en varios momentos de tensión dentro del peronismo.
Uno de los episodios más sensibles ocurrió en 2014, cuando Sergio Massa denunció públicamente que un gendarme —que según investigaciones posteriores estaría vinculado a los servicios de inteligencia— ingresó sin orden judicial a su domicilio en Tigre. En ese momento, Massa responsabilizó al entonces gobernador Scioli por no tomar distancia ni repudiar el hecho, lo que agravó la ruptura política entre ambos sectores.
Desde entonces, tanto Massa como Galmarini han expresado críticas recurrentes hacia Scioli, a quien le cuestionan su “acomodamiento” político y su falta de compromiso frente a situaciones complejas. El reclamo por la gestión del conflicto ambiental en Nordelta se inscribe en esa línea de diferencias, y vuelve a exponer los límites dentro del peronismo entre antiguos aliados convertidos en adversarios políticos.
