La mirada del partido del Matador, por un hincha.
Por Juan Carlos Dall 'Occhio
Más amargo que un cero a cero de local es tener que clavártelo en tu casa, en cama y rodeado por un arsenal de bollitos de papel higiénico con mocos. Puteando, primero a la transmisión, porque te lo pasan por un canal que te obliga a tener cable pago (yo no tengo), compartir el abono mensual del partido del matador con cientos de canales que te muestran por ejemplo las diez mejores recetas para cocinar escabeche de escarabajo con Titina De La Poronga, o las miles de especies amazónicas de las plantas del banano, y si no te gusta agarramela con la mano. Puteando sino (como fue mi caso) a Arnet, empresa hijas de puta si las hay, porque querés enganchar el Fútbol Para Todos en la web pero no te funcionan ni la mitad de los miles de millones de megas que les garpas todos los meses como un papelito. Que encima, cuando enganchás el partido, lo vez con la misma definición que el paragua Santander y a la misma velocidad del Pepe Sand... ¡qué dupla, Arnet! Entonces a buscar en la radio, a sintonizar si podés alguna de las pocas Am y Fm que transmiten al Matador. A mí la FM no me funciona, entonces a los partidarios no los puedo enganchar, aunque más que relatar el partido, con el sufrimiento excesivo que a veces tenemos los matadores en la cancha, cuando lo atacan a Tigre charlan disimuladamente de cualquier otra cosa, de las ofertas en la Avellaneda, de la nueva plaza, de los proyectos en el Canal...
Y en la AM, buscás inútilmente las principales emisoras: Mitre, Continental, La Red… y de Tigre ni la mancha, para colmo te fumás a Bilardo contando como en el 64 los hacían poner los huevos en remojo en laurel y citronela antes de jugar en la altura. Pero si tenés suerte, y enganchás detrás de ese murmullo eléctrico en algún dial perdido el agudo chillido de un relator, tenés que sostener la posición exacta para que no te haga interferencia con un cura brasileño hablando de un Dios a parlante, y te terminás acalambrando todo.
En medio de toda esa epopeya para saber algo de Tigre ¡un lunes a las 21.30! porque no pudiste ir a la cancha por la gripe que te apesta, te llama tu amigo al que le prestaste el carnet nuevo y el DNI por las dudas “Che, están haciendo control dactilográfico y me retuvieron tu carnet y tu DNI, tenés que ir a la comisaría mañana a las siete de la mañana” Estás listo, hermano, estás listo. Si no gana Tigre me mato… y por suerte fue un empate, viejo, porque una derrota provocaba un suicidio inmeditato. Una victoria hubiese sido lo más justo, seguro que sí, porque si bien esta vez a algunos hinchas los mocos no nos dejaron ir a la cancha… a los jugadores de Defensa y Justicia fueron igual, sí, pero se los comieron adentro.