El banco Macro contrató para su centro de monitoreo al repartidor que descubrió el túnel y frustró el robo en San Isidro

Damián fue quien alertó al personal de seguridad del banco sobre la aparición de la varilla metálica en la calle, junto a la puerta de la sucursal ubicada en la calle Chacabuco, en pleno centro de San Isidro. Ese hallazgo permitió, luego, descubrir el túnel.

Damián, el repartidor que alertó a los guardias de seguridad del Banco Macro de San Isidro sobre una varilla de hierro que sobresalía de la calzada a metros de la sucursal ubicada sobre la calle Chacabuco y que ayudó a descubrir el túnel que un grupo de boqueteros habían construido para ingresar a la entidad bancaria, fue recompensado por su compromiso.

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Es que la empresa contrató al hombre para trabajar en su centro de monitoreo. Orgulloso, con el pecho hacia adelante, los brazos detrás del cuerpo y la credencial que lo acredita como empleado colgada, el hombre mostró su gesto la alegría por su nuevo trabajo en una publicación en redes sociales.

El miércoles 7 de agosto, comenzó el cambio de vida para Damián, un repartidor de materias primas que se encontraba detenido con su camioneta, mientras esperaba entregar un pedido en un local gastronómico del centro de San Isidro y escuchó unos ruidos extraños que provenían del chasis de su vehículo.

Ante la incertidumbre, bajó de la camioneta y se percató de la presencia de una varilla metálica que se encontraba clavada debajo de la calzada. A raíz de esto, el repartidor se acercó hacia el personal de seguridad del banco para advertir sobre la situación. De esta manera, los guardias denunciaron lo sucedido a la línea de emergencias del 911, por lo que un móvil proveniente de la Comisaría 1ª de San Isidro se presentó en el lugar para inspeccionar la anomalía hallada en la vía pública.

Notificado del hallazgo, el Municipio, a través de la Secretaría de Espacio Público, envió una inspección al lugar para ver de qué se trataba. El personal constató que la varilla había sido cortada al ras del suelo por un camión de caudales para no dañar sus ruedas al estacionar.

Debido a que la varilla había sido cortada, se comenzó a excavar con máquinas para determinar su origen. Cerca de las 15 se lograron cavar alrededor de 2,80 metros y comenzó el procedimiento para retirar la varilla, que media 3,60 metros. Esto motivó la intervención de la fiscal del área Criminal del Departamento Judicial San Isidro, la doctora Carolina Asprella, quien conformó un equipo para esclarecer el caso bajo las directivas del fiscal general John Broyad. En ese momento, fue cuando se descubrió el túnel.

En un primer análisis, descubrieron que tenía 150 metros de largo y que comenzaba en un taller mecánico en desuso sobre la misma calle Chacabuco: la obra contaba con paredes encofradas para evitar derrumbes y un sistema de ventilación, además de tendido eléctrico.

El túnel llegaba a pocos metros del banco. Los investigadores coincidieron en que el trabajo tardó de 6 a 9 meses en realizarse. Tras seguir el camino, descubrieron que el túnel comenzaba en un galpón que antes era un taller mecánico ubicado en la calle Chabacuco al 500. En ese lugar, se cavó el suelo, se montó una escalera de madera y comenzó la obra.

A pesar de la prolijidad de los delincuentes, la pista que los delató fue un desliz de construcción, que fue descubierta por Damián, quien ahora recibió su recompensa y trabaja para la compañía a la que salvó del robo.

Por el intento de robo hay tres detenidos. Se trata de Alejandro Rosendo López, alias “Jony”, acusado de trasladar a la banda en lancha hacia Uruguay; y los barrabravas de Nacional de Montevideo Alan Rodríguez y Nicolás Ignacio Carpani Romero.