En la asamblea de socios realizada días atrás, varios fueron los ejes que se trataron y uno de ellos, aunque quizas el menos urgente, tuvo que ver con la presentación del anteproyecto para remodelar el Coliseo Don José Dellagiovanna.
En un ambicioso plan de obras, ideado por la firma Barreiro-Ramírez que incluye una reforma total del estadio, se dio a conocer la nueva cara que tendría que la cancha de Tigre en el caso de realizarse y completarse la obra.
El proyecto tiene la principal característica de techar las cuatro tribunas, con el agregado de que todas serán refaccionadas para aprovechar el espacio y darle una “mejor estética armoniosa” al estadio. Además, se demolerá y se construirá nuevamente la cabecera local para darle nueva forma y poder construir detrás de ella, en los terrenos donde ahora están el gimnasio y las canchas de baby futbol, instalaciones lindantes que incluirán oficinas, canchas de futsal y voley, gimnasio propio y estacionamiento.
La remodelación, una vez completada, dejará al estadio con una capacidad para alrededor de treinta mil personas y con todas las comodidades e instalaciones necesarias en el mismo lugar físico. Lo más importante de todo, es que el proyecto, al estar planeado en etapas (se comenzaría con la cabecera local durante el receso mundialista), no hará que Tigre pierda la localía y alquile estadios ajenos para jugar.
Un estadio de Primera, para un equipo que tiene que seguir siendo de Primera.
