Las Rendiciones de Cuentas son una de las votaciones más relevantes del año legislativo en los Concejos Deliberantes, ya que en ellas los oficialismos presentan los números correspondientes a la ejecución del presupuesto, y es un momento donde se debaten elementos centrales de una gestión, reflejando cuales han sido sus prioridades a la hora de ejecutar los recursos económicos que administran.
En San Isidro, este año no hubo tratamiento, ya que el 30 de mayo venció el plazo para su abordaje y ni el oficialismo ni la oposición convocaron a una sesión para debatir la Rendición de Cuentas del ejercicio 2024, por lo que la misma pasará directamente a ser evaluada por el Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires.
El rol de los concejos deliberantes respecto de las Rendiciones de Cuentas es realizar una evaluación política, ya que es el Tribunal de Cuentas bonaerense quien realiza un análisis legal y contable, determinando en sus fallos si hubo o no irregularidades en cuanto a los números presentados por la gestión y la documentación respaldatoria de los gastos realizados.
A pesar de no ser una práctica habitual en los Concejos Deliberantes el no tratamiento de la Rendición de Cuentas, San Isidro tiene varios antecedentes de esta resolución en los últimos tiempos.
El oficialismo de Ramón Lanús cuenta con un número minoritario de concejales. Aprobar la Rendición de Cuentas en ese escenario implicaba el acompañamiento de concejales de la oposición, lo cual no consiguió. Pero sí alcanzó para que, tácitamente, los bloques opositores le evitaran los titulares en los medios señalando un "rechazo" a los números del primer año de gestión del intendente que sucedió a Gustavo Posse después de dos décadas.
"Nosotros presentamos todos los números, fueron los funcionarios de cada área al Concejo Deliberante a presentar un desarrollo pormenorizado de la ejecución presupuestaria en cada área", dijeron a QUE PASA fuentes cercanas al intendente Ramón Lanús. "La oposición tiene los votos para convocar una extraordinaria y tratar el proyecto", remataron con razón.
Un escenario similar —con el oficialismo en minoría y la oposición sin querer aparecer públicamente acompañando, pero aceptando dejar vencer los plazos y no tratar el proyecto— sucedió dos veces en los últimos años en San Isidro. Tanto en 2022 como en 2023, con el possismo por entonces como oficialismo en minoría en el Concejo Deliberante, no se trataron las rendiciones de cuentas. En 2023, la falta de tratamiento implicó una denuncia en el Tribunal de Cuentas por parte de los concejales del Frente Renovador.
Así, una vez más en San Isidro no hubo discusión política en el ámbito institucional correspondiente, por la voluntad de ahorrase un escenario políticamente adverso por parte de un oficialismo en minoría y una oposición que le concede esta posibilidad.