Cada 15 días, la plaza Alem de Munro se viste de feria y cultura. Mujeres se congregan en el lugar para mostrar sus productos y también para visibilizar sus derechos a través del arte con un festival al aire libre.
El Munropalooza comenzó en diciembre del año pasado como propuesta ante la crisis económica que provocó la pandemia. Muchas mujeres sufrieron el parate total de sus actividades o perdieron el trabajo, y como respuesta, lejos de quedarse de brazos cruzados, impulsaron un espacio donde poder desarrollarse, en el que los puestos no se cobran como sucede en otras ferias de la región.
El evento, que es organizado por el movimiento Somos Cultura Activa del espacio Somos Barrios de Pie, también cuenta con actividades artísticas de diferentes colectivos de mujeres. Se lleva adelante en el espacio público ubicado en Terragno y Maquinista Carregal, a metros del centro comercial de esa localidad, y alterna cada 15 días entre un fin de semana de feria y un fin de semana en el que a los puestos se suma un festival cultural.
La próxima feria feminista será el 1° de octubre, entre las 14 y las 19 horas, y el próximo Munropalooza el 15 de octubre, en ese mismo horario.
"Esta iniciativa hace que las mujeres tengan una posibilidad de traer sus productos. Les a ellas que pueden tener un ingreso, pero también al que viene a consumir, que puede tener precios económicos, accesibles y cosas de calidad. Sería bueno poder hacerlo a mayor escala, porque estamos en una situación complicada, con la inflación, con la dificultad de llegar a fin de mes", expresó a QUE PASA la diputada nacional Natalia Souto, dirigente de Somos Barrios de Pie, que recorrió la feria junto a Gisela Aburto y Johanna Aburto, referentes locales del espacio, y a Joaquín Noya, concejal del Frente de Todos.
Además, sostuvo que "si no viene del Estado la propuesta, se autoorganiza, porque hay una necesidad irresuelta".
Por su parte, Johanna Aburto explicó que la iniciativa "surgió ante la necesidad de muchas vecinas que se quedaron sin laburo post pandemia y no tenían un lugar donde ir con sus productos. Las ferias se habían disipado. Había muchas con ganas de participar. El año pasado empezamos con nueve o diez feriantas y hoy tenemos más de 50".
"El lugar de trabajo tenía que ser distendido y contento, es una plaza que tiene muchísimos años y había que ponerle color, dándole también oportunidades a artistas del barrio a que vengan a mostrarse, dándole prioridad a las mujeres, para las que el ambiente artístico muchas veces es muy hostil", añadió.
En este sentido, Gisela Aburto señaló que "le aporta alegría y cultura al barrio, algo que en muchos casos le falta a Vicente López, y es una propuesta también sobre cómo usar el espacio público, con mujeres emprendedoras. Esperemos que esto se pueda llevar a otras plazas del distrito, porque hay un montón de espacio público".
Por último, Florencia, una de las feriantes que desde febrero pasado forma parte del encuentro, contó que "es una experiencia divina que fue creciendo, y eso incita a animarse, se formó una red de solidaridad". "No pagar el puesto ayuda mucho, porque no tenés el miedo a sentir que podés perder. Esto puede crecer, porque todo el mundo se maneja con libertad y con respeto, entre nosotras y con el espacio", cerró.
