Un jefe policial contó a Télam que uno de los propietarios, identificado como Julián Guarino, periodista económico, denunció que su caja fuerte había sido violentada y que de ella faltaban 2.000 dólares y alhajas.
"(Los ladrones) no revolvieron nada de la planta baja, estaba perfecta. Mi mujer subió al cuarto y los dos compartimentos con llave donde guardábamos algunas cosas de valor tenían violentadas las cerraduras", dijo a la prensa el damnificado.
El periodista aseguró que "faltaban cosas personales, recuerdos de la madre" de su esposa, de la abuela como "cadenitas y dinero en efectivo".
Más tarde, otro propietario del mismo barrio privado, un abogado, al llegar de unos días de viaje se encontró con el mismo cuadro al advertir que ladrones habían ingresado en su ausencia e intentado violentar la caja fuerte, aunque no lo lograron.
"Me informaron que había otra casa que sufrió el mismo modus operandi del robo: ingresaron directamente donde estaban los valores y no revisaron el resto de la casa", señaló Guarino.
El periodista agregó que, según la Policía, "hay alguna especie de común denominador entre los dos robos que sucedieron a quinientos metros un lugar del otro".
En ese sentido, el vocero policial dijo que ninguna de las aberturas de las dos viviendas fue forzada, por lo que la principal sospecha es que quienes robaron tenían llaves y estaban al tanto de que los propietarios estaban de viaje.
"La hipótesis mas importante es que entraron por los accesos principales y no por el perímetro", indicó Guarino.
Efectivos de la Policía de la zona trabajaban en busca de rastros que pudieran haber quedado en las escenas de los hechos, al tiempo que analizaban las imágenes de las cámaras de seguridad del complejo en busca de elementos que les permitan identificar a sospechosos.
Además analizaban los libros de ingresos y egresos al barrio y tomaban testimonios a vecinos y personal de seguridad del lugar.