Se cumplen dos años de la noche que ningún hincha de Tigre va a olvidar jamás, ni los que estuvieron en Córdoba, ni los que estuvieron alentando desde sus casas. El 2 de junio de 2019, el Matador venció 2 a 0 a Boca en el Estadio Mario Alberto Kempes con goles de Federico González y Lucas Janson y se consagró campeón de la Copa Superliga, bordando para siempre a la altura de su pecho su primera estrella en Primera División.
Por varias semanas, el equipo de Victoria estuvo en boca de todos. Hinchas, periodistas, dirigentes. Todos hablaban del fenómeno Matador, del "equipo de hombres" que había armado Pipo Gorosito. Aún cargando la mochila de haberse ido al descenso, Tigre encaró la Copa Superliga con entereza y responsabilidad y con un solo objetivo: darle una alegría a su hinchada e intentar poner al club en lo más alto. Vaya si lo hicieron.

El equipo de Victoria fue eliminando a todo lo que se interpuso en su camino: Colón, Unión, Racing, sobre la hora con el grito de Pérez Acuña, Atlético Tucumán con un global de 6 a 0 y a Boca en la final. ¿Apellidos importantes? Todos. Ese Tigre era un equipo. Era unión pura. Tenía individualidades, como todos los planteles, pero el sacrificio por el compañero prevalecía por sobre todas las cosas.
Marinelli; Pérez Acuña, Moiraghi, Alcoba, Colazo; Menossi, Prédiger; Morales, Montillo, Cavallaro; Fede González y Janson fueron los once que lograron la hazaña y consiguieron la estrella que Tigre siempre anheló desde su fundación en 1902, la estrella que engrandeciera aún más a su escudo. El recuerdo para siempre de la noche en la que el barrio de Victoria copó Córdoba.

El camino de Tigre a la primera estrella
El equipo comenzó la Fase 1 de la copa enfrentando a Colón. Tras traerse un empate en cero de Santa Fé, venció al Sabalero en el Dellagiovanna por 3 a 2 (goles de Janson -penal-, Pérez Acuña y el Chino Luna -penal-).
Luego fue el turno de cruzarse con Unión en 8° de final. Allí, en la ida, fue derrota como local por 2 a 1, con tanto del Chino. Y la situación parecía complicarse para viajar a Santa Fé. Sin embargo, en una muestra de carácter, Tigre dio vuelta la historia y se quedó con la vuelta por 3 a 1 (goles de Yeimar Gómez -en contra-, Walter Montillo, y y Federico González). El Matador avanzaba, y se metía entre los ocho mejores.
En 4° de final, los de Gorosito se cruzaron con Racing: Montillo y Fede González marcaron para el 2 a 0 en casa. En el Cilindro, los de Avellaneda habían logrado poner paridad en el tanteador general, y era triunfo dos a cero. Pero en la última, cuando todo se terminaba, llegó la agónica definición al primer palo de Pérez Acuña, que puso el 1 - 2 y el pase a semis.
Allí, el rival fue Atlético de Tucumán, pero a Tigre le duró poco: un contundente 5 a cero en Victoria con goles de Menossi, Cavallaro (2), Cachete Morales y Colazo, hizo que sólo tuviera que viajar a la vuelta en Tucumán para coronar el pase a la final con un gol de Hugo Silveira y un 6 a 0 en el global que lo hacía llegar fuerte al partido decisivo.
El clima de final se vivía en Victoria y en Córdoba, donde miles de hinchas matadores se movilizaron con la ilusión que luego se transformó en realidad. Partido único, estadio neutral, y victoria para Tigre ante Boca. Un 2 a 0 con tantos de Federico González y Lucas Janson -penal- para desatar la algarabía ante el primer campeonato de Tigre.